Recursiva mutante de Nina Kovensky (AR)
Curaduría: Catalina Urtubey (AR)
Del sur de México, al sur de América Latina, la segunda exposición de Resquicio, nuestro espacio dedicado al arte joven latinoamericano, mostrará el trabajo de la artista argentina Nina Kovensky (AR, 1993).
Bajo la curaduría de Catalina Urtubey (AR), esta muestra realizada a partir de objetos espejo, “nos invita a dejar de mirarnos a nosotrxs mismxs para encontrarnos en y con lxs demás”.
¿Cómo tramar un nuevo modo de vincularnos con las personas, los animales, el espacio y los objetos? A través de Empachi 3.0 y Pankóptico –dos instalaciones realizadas in situ con un sistema operativo analógico diseñado por la artista–, así como el video Interferencias –un archivo vivo de acciones que la argentina realiza desde hace varios años y que actualiza permanentemente–, Nina crea espacios como posibilidad de desorientación y desalineación.
Día Internacional de los Museos
Visita guiada con la curadora
Jueves 18 de mayo | 13:00
*No es necesario hacer registro previo.
Nina Kovensky (AR, 1993)
Artista multidisciplinaria. En el 2011 cursó la beca de Casa Escuela de Arte y en la galería Isla Flotante realizó la exposición Mi primer trabajo, Mi primera muestra. En 2016 realizó una exposición junto a su padre en la galería El Gran Vidrio; formó parte del Programa de Artistas de la Universidad Torcuato Di Tella; realizó el documental Que aparezca Maresca, e inauguró Klapaucius:;:;:;, en la galería Isla Flotante. En el 2018 realizó el show titulado Realidad disminuida” –que obtuvo el Premio en Obra otorgado por un jurado especializado en el marco de ArteBA–, más adelante presentó la muestra Ojo de cabra en El Gran Vidrio. En el 2023 inauguró la exposición MiniLibertad en la galería Quimera. Desde el año 2022 es anfitriona, junto a Osías Yanov, de la Pulpería Mutuálica.
Catalina Urtubey (AR, 1990)
Es gestora cultural, productora, curadora y artista. Su involucramiento temprano en el campo del arte —principalmente en Córdoba, su ciudad natal—, la ayudó a identificar las necesidades de un ecosistema cultural no hegemónico y a centrar su práctica en escuchar, analizar y servir a la creación de espacios seguros de diálogo y experimentación. Fue así como creó y dirigió por doce años la Fundación El Gran Vidrio, una plataforma fundamental que le permitió, tanto a ella como a su equipo de trabajo, desarrollar exposiciones, ferias y residencias internacionales, publicaciones y diferentes programas en torno al arte contemporáneo. También ha llevado adelante diversos proyectos que articulan redes de artistas y obras, con el objetivo de ampliar el alcance de sus discursos, para atender audiencias locales e internacionales, en los que el impacto social es un valor fundamental. Ha trabajado tanto con artistas y espacios jóvenes como con instituciones formales y artistas de amplia trayectoria, haciendo cruces y enlazando estas y otras potencias para contribuir al desarrollo de la comunidad artística.
