La imagen apropiada, la fotocopiadora o la impresión digital y el collage ofrecen una virtuosidad técnica fácil y tentadora para artistas faltos de inspiración pero, en realidad, es un arma de doble filo: al artista ansioso por imponerse le obliga a compensarla mediante la valía de sus conceptos, las cualidades formales de su obra o el vigor de un estilo propio.