Susana González Aktories
Facultad de Filosofía y
Letras, UNAM
Durante la vigésima entrega del festival Poesía en Voz Alta de Casa del Lago UNAM, celebrado en noviembre de 2020, vía remota debido a la pandemia por COVID-19, se presentó públicamente el Archivo Digital Poesía en Voz Alta (Archivo PVA). 2 Se trata de un acervo que guarda la memoria de las actividades desarrolladas anualmente, durante más de dos décadas, en sus dos etapas: la primera de 1956 a 1963, y la segunda de 2005 hasta la fecha. Esta memoria documental se concreta en forma de fotografías, carteles de programación, folletería y textos correspondientes a la difusión de cada una de las entregas, además de incluir videos y audios, cuando se conservan. Todo ello no sólo hace posible reconstruir las motivaciones que guiaron a organizadores y artistas a mantener un diálogo híbrido, transdisciplinar y exploratorio, sino también permite darse una idea de las piezas presentadas que, en conjunto, configuran un rico y versátil corpus de poéticas sonoras; uno que se presta como nunca antes a su consulta abierta para usuarios que quieren tener un panorama general, al igual que para investigadores especializados que pueden acceder a estas fuentes con el fin de realizar análisis más pormenorizados.
En este ensayo se sostiene, además, que la gran variedad de registros recogidos en el Archivo PVA ayuda a entender, en un sentido tanto sincrónico como diacrónico, las vías y mecanismos mediante los cuales este festival se constituyó en un espacio paradigmático, que ha podido convocar y poner en contacto a artistas con formaciones muy diversas y de distinta procedencia (a nivel nacional e internacional), permitiéndoles explorar nuevas formas de oralidad y con ello generar nuevas maneras de escucha. De igual manera, los materiales explican cómo el festival se volvió un referente en la escena cultural mexicana, contribuyendo a la formación y el desarrollo de un amplio público, que abarca varias generaciones.
La intención de este estudio es enfocar las características específicas que tiene un proyecto de archivo digital como este, surgido a décadas de que el festival se inaugurara con sus primeras entregas, y en donde todavía no se concebía la importancia de documentar ni de guardar sistemáticamente su memoria, pero cuyos organizadores gradualmente fueron tomando conciencia —sobre todo en su segunda etapa— de implementar más y mejores mecanismos para hacer registros y conservar los materiales. Así, si al inicio se cuenta con apenas unas fotografías y reproducciones de programas, con el tiempo se suma cada vez más documentación (incluyendo la sonora y la audiovisual), en formatos que migraron de lo analógico a lo digital. Ello prueba que, a la par de la creciente atención dada a esta memoria, hubo una mayor infraestructura para realizar los registros, así como un interés en su resguardo y difusión. No obstante, como se verá más adelante, muchas de estas iniciativas se dieron de forma intuitiva y sin la suficiente planeación. Por tanto, archivos como estos son resultado de diversas coyunturas, posibilidades financieras, visiones, habilidades y compromisos tanto individuales como colectivos para construir estos espacios. Proyectos como el de conservar la memoria del festival de Poesía en Voz Alta muestran, sin embargo, que aún hace falta atención a la protocolización y una mayor coordinación e infraestructura para que se mantenga vivo y en constante crecimiento su legado.
Para entender de qué legado se trata, es importante comenzar por situar el surgimiento y la propuesta de Poesía en Voz Alta, tomando como base el tipo de información que se recupera a través de las muestras documentales disponibles en el Archivo PVA de esos primeros años, que apenas abarcan un lapso de media década (desde finales de los años 50 hasta inicios de los 60), con algunas interrupciones. A pesar de ello, las huellas recogidas de esa etapa hacen posible reconocer cómo sus propuestas marcaron un giro importante en la escena cultural, que ha llevado a estudios más profundos (Cruz 1990 y 1991, Unger 2006, Obregón 2020 y 2021) que directa o indirectamente se hacen presentes en este archivo digital.
Considerando la cronología a partir de la que se estructura el acervo, esos años pioneros contrastan con los de la segunda etapa que ha sido más larga, se ha mantenido sin interrupciones de forma anual (de 2005 a la fecha) y cuenta con una mayor documentación. En la sección del ensayo destinada a este periodo fue posible incluso integrar testimonios directos derivados de entrevistas realizadas a los distintos directores de Casa del Lago, gracias a los cuales se ha garantizado la permanencia del festival. Ello permite corroborar los giros temáticos y de formato que éste sufrió bajo las diversas direcciones, los cuales se hacen visibles en el material de archivo recogido. Dado que fue durante la última gestión que se logró cristalizar la idea de crear el archivo digital, se pone un énfasis especial en los testimonios y fuentes que refieren a este proceso, y se observan los recursos y contenidos específicos a partir de los cuales el Archivo PVA busca no sólo ser una base de datos, sino también un espacio para la auto-reflexión y la activación de la memoria.3 Ello, incluso, mediante estrategias de intervención al archivo mismo, como un derivado creativo y experimental cuya función será igualmente ponderada.
El ensayo concluye con una valoración de los retos que se han tenido en la construcción del Archivo PVA para reunir desde una perspectiva histórica y cronológica un material que originalmente no estaba pensado para su resguardo ni su consulta abierta, lo cual explica la aparente desigualdad de sus contenidos en cuanto a calidad, número y diversidad. En esta sección se comenta también la estructura que ha adoptado la página desde una experiencia de navegación, y se concluye con una propuesta constructiva de áreas de oportunidad que tiene este archivo para garantizar su crecimiento y optimización a futuro.
Memoria de los primeros años de Poesía en Voz Alta (1956-1963)
El Archivo PVA se remonta a muestras y estudios que documentan el origen de una iniciativa interdisciplinaria que se dio a conocer como Poesía en Voz Alta, cuya esencia ha quedado sintetizada en fichas como la que elabora Armando Pereira en el Diccionario de literatura mexicana. Siglo XX:
[Poesía en Voz Alta] [n]ace como grupo en 1956 bajo los auspicios de la Dirección de Difusión Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México, con Jaime García Terrés al frente y bajo la coordinación del Teatro Universitario del dramaturgo Héctor Mendoza. En sus comienzos fue un grupo integrado por escritores, músicos, pintores, cantantes y actores jóvenes; después se convirtió en un grupo teatral. (Pereira 2004)
Según esta descripción, la configuración ya desde un principio fue multidisciplinar y estuvo vinculada a una agenda universitaria, con la idea de “organizar una serie de lecturas de poesía” (Pereira 2004). Para ello,
se buscó la participación de Octavio Paz y de Juan José Arreola; ellos fueron los primeros directores literarios del grupo, y más tarde se les sumarían Antonio Alatorre y Margit Frenk (como consejeros literarios del Siglo de Oro español y como actores y cantantes), Elena Garro, León Felipe, Carlos Fuentes, Diego de Meza, Sergio Fernández, José de la Colina, José Emilio Pacheco, Juan García Ponce, María Luisa Mendoza y Alfonso Reyes, entre otros escritores. (Pereira 2004)
No obstante, si se revisan los documentos disponibles en el Archivo PVA, tanto la vinculación institucional como la configuración del grupo fueron más ricas y complejas de lo que se sintetiza en la descripción que hace Pereira. Por ejemplo, en la ficha del Diccionario se abunda en las funciones tan diversas que cumplieron varios de los miembros, algunos con labores menos vistosas que las de participar desde la creación; entre ellas cabe mencionar las de asesoría, gestión y organización de actividades.4 A la nómina citada cabe además sumar a figuras como Jorge Ibargüengoitia, José Luis Ibáñez y Juan José Gurrola, quienes colaboraron en su papel de escritores y dramaturgos; artistas plásticos como Leonora Carrington y Juan Soriano, quienes se encargaron de la escenografía, el vestuario y de la parte gráfica de los programas de mano; o músicos como Joaquín Gutiérrez Heras para la parte sonora de las puestas en escena.
De la documentación presentada en el Archivo PVA, la cual se encuentra integrada por una breve sinopsis del evento, las contadas fotos en blanco y negro en tamaño muy reducido que retratan las puestas en escena (imagen 1)5 y por la reproducción de los programas originales que se ofrecen para su descarga en PDF6 (imagen 2), se desprenden otros datos de interés. Para ello cabe repasar brevemente los primeros cuatro programas de mano, correspondientes a los años 1956 y 1957, para ejemplificar cómo aquí ya se revelan dinámicas y roles de los integrantes, así como criterios de selección del repertorio, aspectos vinculados a las puestas en escena, e ideas relacionadas con la recepción por parte del público pretendido.
Imagen 1. Tomas de pantalla del despliegue del texto descriptivo y de las imágenes correspondientes a la primera edición de Poesía en Voz Alta de 1956. Archivo PVA (consulta: 29 de mayo 2024).
Imagen 2. Toma de pantalla del despliegue en PDF correspondiente al programa de la primera entrega de Poesía en Voz Alta. Archivo PVA (consulta: 29 de mayo de 2024).
Ya desde el primer programa se evidencia, entre otras cosas, que el repertorio estaría abierto a diversos géneros, como poesía, fragmentos teatrales y canciones, en una inusual combinación de obras y autores de distintas épocas y tradiciones. Ahí, la interpretación de una égloga de Juan de la Encina convive con una farsa de Diego Sánchez de Badajoz; la escena de “La boda de Peribáñez” de Lope de Vega; canciones españolas del Renacimiento interpretadas por el ensamble vocal conocido como Grupo Alatorre (las cuales además se reproducen en el programa), y fragmentos de cuatro distintas piezas de García Lorca. Sobre esta selección ecléctica, Juan José Arreola —quien fuera uno de los principales promotores de este proyecto y encargado de redactar la nota de dicho programa— indica que se buscaba apelar al público a entender estas representaciones de forma más abierta: “Necesitamos ponernos de acuerdo, señoras y señores: no estamos haciendo teatro en el sentido cada vez más anómalo que tiene la palabra”. En esa misma tónica refiere a Lorca, como figura preocupada por “reanimar el verdadero espíritu del teatro”, y cierra con la invitación al público a abrirse y renunciar “a su habitual condición de expertos y ambiciosos espectadores”, con la intención de recuperar de forma más lúdica el espíritu teatral, “que no es […] más que antigua, recóndita y divertida poesía: poesía en voz alta”7.
El segundo programa, más amplio y elaborado en su presentación, se distinguía por su repertorio enfocado en representantes de la literatura francesa del siglo XX, como el poeta Jean Tardieu y los dramaturgos Georges Neveux y Eugène Ionesco, al lado de la “primera aventura teatral” de Octavio Paz. Este último además fungió como director literario de la propuesta, en mancuerna con Héctor Mendoza como director escénico. En la presentación del programa de mano, realizada por Carlos Fuentes, se destacan las virtudes de esta presentación en tanto que, además de ofrecer un repertorio de autores todavía no muy conocidos en México, revela el trabajo en equipo de un “grupo universitario”, con un espíritu de taller exploratorio y comprometido que rigió el montaje y la difusión de estas obras, con lo que presta “un servicio nacional y humano”8.
La tercera temporada regresa a la tradición hispánica medieval de los Siglos de Oro, con obra de Juan Ruiz, Arcipreste de Hita y de Pedro Calderón de la Barca. La nota al programa, ahora a cargo de Paz, se enfoca en el trabajo de Poesía en Voz Alta y en aplaudir el esfuerzo de Mendoza por expandir la experiencia lírica a un ámbito performativo e intermedial, donde los poemas se “ponen a bailar y cantar sobre un tablado.” La resignificación del repertorio presentado, según aclara la nota, incluso se da mediante formatos que adopta la puesta en escena tales como “[p]antomima, función de carpa y ‘music hall’, farsa, circo y zarabanda”9. Se refuerza con ello la manera desenfadada y atrevida de revisitar a los clásicos, por lo que la propuesta, según la explicación que se da a esta edición en el Archivo PVA, no quedaría exenta de crítica negativa10.
La nota al cuarto programa, redactada por Diego de Mesa, suma más atributos y oportunidades de la agrupación, entre las cuales se resalta de nuevo la posibilidad de hacer convivir el repertorio más tradicional con estrenos de miembros del grupo, en este caso con obra de una de las pocas representantes mujeres, Elena Garro: “Siguiendo el camino que se trazó en un principio, Poesía en Voz Alta —palabra creadora dicha para todos, conjuro ritual que produce el milagro colectivo, abriendo espacios liberadores de los que se posicionan a un tiempo oficiantes y pueblo— junta en su cuarto programa a un autor clásico con un autor novel: a Quevedo con Elena Garro”11.
Como se desprende de los materiales que corresponden a estos y los siguientes programas, las propuestas del proyecto Poesía en Voz Alta se mantuvieron abiertas a representar desde clásicos hasta obras más modernas y vanguardistas, así como piezas de jóvenes escritores mexicanos como Paz y Garro, que así realizaban sus primeros estrenos. Entre las piezas representadas, además de los ya citados nombres de los clásicos españoles o de los representantes de la literatura francesa contemporánea, se incluyó obra de T. S. Eliot (quinto programa), Jean Genet (sexto programa), Sófocles (séptimo programa) y Lope de Vega (octavo programa).
De los folletos también se desprende que el proyecto tuvo una vida itinerante debido a los variados apoyos y compromisos institucionales que exigían al grupo presentarse en foros distintos12. Con dos programas anuales que gradualmente se reducirían a uno, Poesía en Voz Alta sufrió una interrupción de tres años que provocaría el cierre del ciclo en 1963 con una última presentación en Casa del Lago, institución inaugurada apenas cuatro años antes como parte de la UNAM y convertida en su sede principal en la segunda temporada del festival. Julieta Giménez-Cacho, quien fungiera como directora de este recinto entre 2012 y 2017, recuerda que fue Juan José Arreola el primero en asumir su dirección, pero que “durante su gestión no se llevaron a cabo actividades de ese grupo en Casa del Lago”13.
Sobre los textos descriptivos que desde el Archivo PVA se hacen a las distintas entregas y que no vienen firmados, puede decirse que estos complementan en pequeñas pinceladas detalles relacionados con las dinámicas del grupo, el contexto general de la época y el tipo de recepción que recibieron algunas de las entregas. Por ejemplo, revelan que a pesar del espíritu de colaboración, transversalidad y diálogo que llevó al exitoso surgimiento del proyecto Poesía en Voz Alta, en el proceso hubo momentos inestables en cuanto a la participación de sus miembros, a veces debida al desgaste y otras a causa de roces y conflictos entre sus miembros en cuanto a la forma de resolver ciertos montajes14. De igual manera se comentan las dificultades que hubo por el lado del patrocinio15. Los textos que por parte del Archivo PVA reseñan los tres últimos eventos tematizan algunos motivos que pudieron sumar a la desintegración del grupo, como el que su dirección se había vuelto más comercial16, o que, “[l]a prensa se ocupó poco [del último] programa que concluyó sin demasiado ruido. El 24 de noviembre de 1963”17. No obstante, también se reconoce el proyecto en su conjunto como “lleno de aventura, entusiasmo y trabajo” y que “[s]u legado continuó en la obra de los diversos artistas que pasaron por sus programas en los cuales aprendieron el libre juego del teatro”18. Con esa última representación en Casa del Lago, concluye el primer periodo de Poesía en Voz Alta en 1963.
Aun cuando las fuentes documentales de ese periodo en el Archivo PVA son todavía escasas, hay materiales que se mencionan sobre ese tiempo, como el libro referencial de Roni Unger (2006), que hace una revisión pormenorizada sobre el contexto, las motivaciones y los logros de ese colectivo. Otras fuentes que hablan de esta etapa y que desde el diseño estructural del sitio web podrían resaltarse más, corresponden a actividades organizadas en el segundo periodo de Poesía en Voz Alta, como la charla pública que se ofreció en la edición de 2005, entre dos de los protagonistas del grupo pionero, Hugo Gutiérrez Vega y Juan José Gurrola; o bien la conferencia dictada por Rodolfo Obregón en la entrega de 2020,19 al igual que la charla que sostuvo Cinthya García Leyva en esa misma entrega con Mónica Mayer y Paulina González Villaseñor, como parte de las actividades de inauguración del archivo digital.20 Es interesante también cómo se revisita ese periodo en obras comisionadas para el Archivo PVA y que lo activan de otra forma, a manera de intervención, como se verá más adelante.
Muestras como éstas, que corresponden ya al segundo periodo del festival Poesía en Voz Alta, revelan en distintos momentos que entre sus actividades se encuentra la autorreflexión, especialmente en cuanto a lo que queda de la memoria y de la documentación de esos primeros años. Ayudaría a la efectividad informativa que el Archivo PVA permitiera reconocer y vincular todos estos materiales relacionados a las revisiones históricas, por ejemplo, a través de un sistema de búsqueda más efectivo. Además, ayudaría historiográficamente si se complementaran las imágenes con pies de foto que aludieran a la pieza precisa y a los intérpretes, en donde de igual forma se diera el debido crédito a los fotógrafos y documentadores. Algo similar podría prestarse para los textos descriptivos que reseñan cada una de las entregas, en los que cabría remitir a sus autores y/o a las fuentes consultadas, tal como se hace en descripciones más recientes que son firmadas por quienes curaron las entregas.
Más allá de esto, la revisión de esta primera etapa a partir de los materiales reunidos que ya ofrece el Archivo PVA hace ver que éste representa una fuente de consulta valiosa, antes inexistente. A ello se suma el que la actual dirección sigue encontrando materiales en sus archivos y a través de sus vínculos con donadores, con lo que vislumbra poder completar esa parte de la historia.21
Resurgimiento de Poesía en Voz Alta desde una segunda etapa (2005-2024)
Ya se mencionó al inicio de este ensayo que el festival no tuvo una continuidad durante la segunda mitad del siglo XX, sino que fue reinstaurado entre noviembre y diciembre de 2005. Esto con un nuevo giro y formato que le diera el entonces director de la Casa del Lago, José Luis Paredes Pacho (2005-2012).22 Desde ese año a la fecha, los encuentros de Poesía en Voz Alta se han celebrado en esta sede de la UNAM de manera ininterrumpida, año con año, aun bajo la línea de quienes posteriormente asumieran la dirección: Julieta Giménez-Cacho (2012-2017), José Wolffer (2017-2019) y Cinthya García Leyva (2020 a la fecha), cada uno imprimiéndole a estas jornadas su propio sello.
Si se consulta la nota que aparece en el Archivo PVA sobre la presentación del relanzamiento de este festival, se encuentra que esta iniciativa
retoma la tradición histórica del movimiento Poesía en Voz Alta desde una perspectiva contemporánea vinculando a los poetas mexicanos reconocidos con poetas de distintas tradiciones orales como los decimistas jarochos y los poetas indígenas, pero además invitando a destacados escritores estadounidenses del movimiento spoken word y a jóvenes artistas mexicanos pertenecientes a las nuevas tendencias literarias, con el propósito de propiciar el diálogo crítico y generacional, de algunos casos de corrientes literarias de subcultura, con nuestras tradiciones literarias clásicas y regresarle la poesía a la gente como “un arte viviente y oral”.23
En esta nueva época, donde el festival ya no está organizado ni concebido de primera mano por un grupo nuclear de creadores, sino por la institución, se mantiene la intención de generar una propuesta cultural que fomente la yuxtaposición e hibridación de géneros y estilos, pero ampliando su espectro más allá de lo que se había planteado en los primeros años. Con ello no sólo se abre el abanico de participantes y de obras, sino que se desplaza el acento de lo teatral hacia otras expresiones performativas, específicamente aquellas asociadas a la poesía experimental y a distintas formas de voz expandida, las cuales incluyen composiciones electroacústicas y en general el arte sonoro, además de propuestas audiovisuales y digitales. El propósito con ello es, como queda sintetizado en el programa de 2006,
consolidar y enriquecer su propuesta, así como avivar en públicos jóvenes el gusto por la poesía del siglo XXI, misma que permite un diálogo crítico entre tradiciones literarias clásicas y de formas literarias emergentes (spoken word, hip hop, dub poetry, resonancias corporales, poesía indígena contemporánea, repentismo, vodevil posmo, onomatopoesía, devrayativa [sic], reggae e improvisación multimedia)24 que tienen sus raíces en la música, la exploración del lenguaje, la improvisación y, en general, la escritura en relación con el sonido, el ritmo y las nuevas tecnologías.25
Esta apertura del festival ha requerido ofrecer definiciones para las combinaciones de prácticas, cada vez más declaradamente híbridas, que se han ido sumando al repertorio. De ahí que, en los textos de los programas, así como en las fichas de las ediciones anuales, se encuentre una notable ampliación en la gama de nombres compuestos y de neologismos que han surgido en el medio. Esto se confirma, por ejemplo, en la enumeración que aparece entre paréntesis en la cita anterior. Pero considerando las diversas entregas del festival, la lista se extiende mucho más, llegando a nociones como poesía escénica, poesía con ritmo, polipoesía, electropoesía, performance poetry o dub poetry, por nombrar algunas (véase por ejemplo la lista en la portada del programa de 2005, imagen 3).
Imagen 3. Toma de pantalla de la reproducción en PDF del primer programa correspondiente a la segunda temporada de Poesía en Voz Alta (2005). Archivo PVA (consulta: 29 de abril 2024).
Asimismo, el despliegue de formas vocales se manifiesta en diversas maneras de enunciación, que ocasionalmente acompañan la descripción de las propuestas por parte de los distintos artistas, y que van desde la lectura tradicional a la recitación, pasando por el canto y la improvisación. Todas ellas, como también puede verse en las fotos documentales que acompañan los actos (cuyo número ha ido creciendo respecto de las que se observan en la primera temporada del festival), o en los audios o videos que existen de esta temporada y que pueden consultarse en el archivo, involucran el cuerpo y las tecnologías de formas muy variadas, ya sea en trabajos individuales o bien en propuestas colaborativas y de cocreación entre artistas.
Imágenes 4 y 5. Tomas de pantalla de extractos de las entradas correspondientes a la participación de Natalia Toledo (2005) y a la galería de fotos de la entrega 2015, respectivamente. Archivo PVA (consulta: 24 de mayo 2024).
En su mayoría se sigue tratando de performances escénicos, pero hay también instalaciones sonoras que comienzan a incluirse en el repertorio. Por ello, si consideramos la recepción de estas propuestas, hay quienes reconocen la versatilidad no sólo en las formas, sino también en los medios a través de los que se presentan las obras. El periodista Ángel Vargas, por ejemplo, sobre la entrega del 2012, refiere que “[…] una de las singularidades del festival es tender puentes entre la poesía y otras disciplinas artísticas, mediante el empleo de diversos soportes”, reconociendo que conviven, convergen e interactúan varias de ellas a la vez.26
Las propuestas para el festival han llegado tan lejos que, como parte de esa poesía en voz alta, se llega a considerar incluso esa “palabra que comienza antes de la palabra, en el gesto, o, como diría Pascal Quignard, ‘en la punta de la lengua’” (García Leyva 2024). Esto justifica por qué dentro del repertorio —sobre todo en años recientes— se han incluido propuestas de artistas orientados hacia expresiones que privilegian el sonido sobre el lenguaje.
En una somera revisión hemerográfica, que sirve como referencia de la recepción que a lo largo de los años ha tenido el festival, se reconoce que esta gran variedad de expresiones ha sido en general bien recibida. Esto a su vez podría hablar de una evolución en los gustos que ha desarrollado el público asiduo al festival y que en parte se ha formado gracias a éste. Sin embargo, no hay que desestimar la posibilidad de que la organización del festival se inclina también por los relevos generacionales que ha habido, con sus respectivos cambios estéticos. Cabría ponderar, con estos giros en su programación, hasta qué punto el festival ha logrado mantener el interés y la fidelidad de las diversas audiencias. Si bien éste es un tema que rebasa las intenciones de este ensayo, la pertinencia de integrar las referencias hemerográficas en su banco de datos podría ser un acierto por parte de quienes alimentan el Archivo PVA, tomando en cuenta que Casa del Lago lleva el seguimiento de sus actividades en la prensa. Estos datos sin duda podrían arrojar interesantes hallazgos sobre dicha recepción.27
Más allá de la variedad de géneros y formas, destaca en esta nueva temporada del festival la fuerte participación multilingüe en la que no sólo se considera a artistas extranjeros,28 sino también las expresiones en lenguas originarias. Un impulso importante en este sentido es el que se da desde el inicio con la presencia de Mardonio Carballo, quien continúa teniendo una presencia sostenida en las distintas entregas del festival, volviéndose una figura referencial: primero como artista y exponente, y luego también como consejero, curador y gestor regular de las actividades organizadas en este rubro dentro de Poesía en Voz Alta.
En contraste con la primera temporada, en los programas de esta nueva etapa se reconoce también una participación más activa de mujeres, la cual queda patente si se revisan los carteles de las primeras ediciones. Por ejemplo, en el primer festival se promueve a Katia Tirado y Natalia Toledo (imagen 4), mientras que en el segundo aparecen artistas como Irma Pineda, las tres integrantes del colectivo Motín Poeta (Rocío Cerón, Carla Faesler y Mónica Nepote), así como poetas que presentaban su obra en maya, quechua y guaraní (entre las primeras está, por ejemplo, Briceida Cuevas).
Más allá de las presentaciones en escena, el festival amplía sus actividades al incluir foros de crítica y reflexión, empezando por las revisiones retrospectivas que se mencionaron hacia el final del apartado anterior. De igual forma, la expansión se muestra en la organización de talleres y eventos complementarios al propio festival, como certámenes de participación abiertos al público, cuyos ganadores podían ser presentados dentro del festival. Desafortunadamente, estas actividades complementarias quedan poco documentadas en el Archivo PVA, en contraste con el peso que se da a las presentaciones en escena.
En cuanto a los foros, si bien se mantiene Casa del Lago como sede principal, el festival conserva el espíritu de la primera época al convocar a su público fomentando la idea de multisedes. Pero, a diferencia de los primeros años, ya no de manera itinerante, sino como estrategia expansiva, a través de acuerdos y de la creación de redes paralelas o complementarias que se sumaran para difundir el festival. De esta forma, se reconoce su auspicio para ciertas actividades en otras sedes de la UNAM, como el Museo Universitario del Chopo, el Museo Experimental El Eco y el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (cfr. Vargas 2012). Asimismo, según comparte la actual directora de Casa del Lago, Cinthya García Leyva, se ha involucrado a centros de enseñanza de la UNAM como los CCH, Preparatorias y Facultades. De igual forma, a lo largo de los años se han pactado colaboraciones con espacios como la Fonoteca Nacional o el Centro Cultural de España en México, pero además de ello —sobre todo a partir de la última gestión—, hay una tendencia hacia la descentralización, organizando ciertas actividades como extensión del festival en ciudades como Puebla, Mérida, Querétaro y Guadalajara, e incluso promoviendo sinergias con otros festivales internacionales como el Nanai en Cádiz, España. No obstante, los acuerdos para estas colaboraciones se pactan anualmente, pues no existen todavía convenios formales y sigue siendo Casa del Lago la principal responsable e impulsora del proyecto, con todo lo que ello implica a nivel administrativo y presupuestal.29
Julieta Giménez-Cacho, segunda directora de Casa del Lago en dar continuidad al festival a cinco años de su relanzamiento, reconoce que mantenerlo fue todo un desafío. En primer lugar, porque si bien se había consolidado como un festival referencial, había que compaginarlo con las otras actividades de la programación del recinto, sobre todo considerando las coyunturas administrativas y las fluctuaciones que se daban en los presupuestos anuales asignados para actividades de difusión artística:
Cuando yo llegué a dirigir Casa del Lago en 2012, el Festival tenía un posicionamiento importante en México y un reconocimiento internacional también, era una actividad emblemática, así que el reto que me planteé fue seguir con ese reconocimiento, aunque destinándole menor presupuesto, ya que decidimos distribuir el presupuesto para llevar a cabo un mayor número de actividades durante el año, de las diversas disciplinas, con la intención de contar con un espacio vivo de martes a domingo y todo el año, lo que creo sí conseguimos. (Giménez-Cacho 2024)
Actualmente, si bien el festival abarca tres intensos días de programación anual —que por cierto se ha ofrecido de forma gratuita—,30 es referencia para muchas de las actividades que Casa del Lago programa a lo largo del año (García Leyva 2024).
Sobre los lazos internacionales que se crean desde el inicio de la segunda etapa del festival con Paredes Pacho, estos se sostienen más allá de su gestión, sobre todo con la participación de países como EE. UU., Francia y España. Sin embargo, el espacio se ha vuelto cada vez más cosmopolita con la invitación de artistas provenientes de Latinoamérica o de Canadá, así como otras procedencias de Europa (con una fuerte presencia de Alemania, Italia y el Reino Unido) o de Asia (específicamente Japón). Esto se hace visible también a través de la amplia lista de créditos y logos que aparecen en los respectivos programas.31
En cuanto a las orientaciones de cada director/a, en estos casi veinte años tras inaugurar su segunda etapa, a pesar de que mostraron una flexibilidad y apertura temática, en retrospectiva también puede reconocerse cómo cada uno impuso su visión, ya sea promoviendo cierto tipo de temas y privilegiando determinadas dinámicas de organización sobre otras, lo cual se ve reflejado en una exploración comparativa por el Archivo PVA. Con Paredes Pacho, por ejemplo, resalta el interés por el hip hop, la incorporación del jazz y la improvisación en combinación con la poesía. Giménez-Cacho abona sobre todo a nivel temático en relaciones de arte-naturaleza, cuerpo y tecnología. Wolffer, por su parte, fomenta las batallas de hip hop y rap en combinación con tendencias de música contemporánea, mientras que García Leyva lleva esto último a expresiones de arte sonoro más radicales (García Leyva 2024).32
Sobre la organización, aun cuando Paredes Pacho se involucró durante su gestión con los contenidos de cada entrega, también se idearon las figuras de curadores por cada una de ellas, gracias a lo cual pudieron diversificarse los ejes temáticos, así como las propuestas de los invitados. El papel de curadores invitados se asignó sobre todo como rol honorario, consolidándose principalmente durante el periodo de Giménez-Cacho, quien lo justifica de la siguiente manera: “Otro reto importante fue que la poesía no era, ni es, mi área de conocimiento, así que fue esencial asesorarme con poetas. […] me apoyé en [ellos] para la curaduría. Cada año fue una persona distinta y con la colaboración de Ana Franco coordinando” (Giménez-Cacho 2024). Las formas de asignación se dieron por distintas vías, de las cuales una de ellas le merece un particular recuerdo:
[…] fue memorable cuando en 2016 Anne Waldman tuvo una presentación y en una comida me preguntó: ¿qué hace falta para ser curadora de este festival? Que alguien como ella quisiera serlo, fue muy relevante. Obviamente que en 2017 fue ella la curadora y fue un proceso muy interesante. (Giménez-Cacho 2024)
García Leyva, por su parte, al tomar posesión como directora de Casa del Lago, también se refirió a la amplia nómina de artistas que a lo largo de los años desfilaron por el festival y que la llegaron a marcar desde sus épocas de estudiante. A diferencia de Giménez-Cacho, ella asume, como hicieran Paredes Pacho y Wolffer, el rol de cocuradora. Esto lo justifica por el interés y la formación personal que tiene en temas de poesía experimental, arte sonoro y performance, y agregando que encuentra “en las diversas voluntades del decir una riqueza inigualable” (García Leyva 2024). No obstante, el papel y el crédito a los curadores no siempre queda explicitado en el Archivo PVA; por ejemplo, salvo por las ediciones más recientes,33 queda la duda de si las descripciones y las síntesis de las propuestas rectoras sobre cada una de las programaciones anuales del festival provienen de quienes realizaron las curadurías, pues —como ya se mencionó— muchos de estos textos no aparecen firmados. No obstante, y nuevamente desde la autorreflexión, lo que parece un acierto es que se hayan comenzado a organizar actividades complementarias como la que se dio en el marco de la entrega del 2022, en la cual se congregó a varias curadoras de ediciones previas a una mesa de diálogo sobre esta labor.34 Sería útil que a futuro este tipo de información fuera más visible y estuviera vinculada con la documentación de actividades como ésta, considerando las posibilidades de navegación que pudieran todavía implementarse en el archivo.
Trascendencia de un festival a partir de las distintas materializaciones de su historia
¿Cómo mantener un festival como el de Poesía en Voz Alta actualizado y con esa intención de expandirse hacia las cambiantes propuestas artísticas que siguen innovando en el uso de la voz, el sonido y la palabra? Parte del éxito tiene que ver con la conciencia de su trayectoria y trascendencia histórica, con un saber vincular a quienes fueron sus protagonistas en el pasado con las figuras del presente. Ello al tiempo que se abre constantemente a nuevas expresiones, hibridaciones intermediales y de experimentación artística. Este flujo no se presenta como un desbordarse sin rumbo ni dirección, sino como un acto de revisión y de rememoración de una identidad que se sigue manteniendo aun dentro de la diversidad y el cambio. Esto implica un ejercicio de valoración desde un presente en el que se aprende a mirar desde distintos ángulos hacia el pasado, y esa conciencia parecen haberla tenido clara los cuatro directores que desde inicios del siglo XXI a la fecha han fomentado la continuidad del festival, cada uno recuperando la historia a su manera, y cada uno proyectando sus propuestas de distintas formas hacia el futuro.
Paredes Pacho, como fundador de esta nueva etapa, reconoció ese pasado ya desde la iniciativa de retomar el nombre del festival Poesía en Voz Alta, lo cual a su vez implicó recordarle al público con este guiño la existencia de una primera etapa, tanto en las presentaciones orales que hacía en la inauguración de cada edición, como en los respectivos programas de mano. A propósito de esto, en el de 2007 aparece el siguiente fragmento:
Poesía en Voz Alta 2007 retoma el espíritu del movimiento que, bajo el mismo nombre, se llevó a cabo en los años 60, y que entonces reunió a la vanguardia literaria de la época: Juan García Ponce, Hugo Gutiérrez Vega, Juan José Arreola, Héctor Mendoza, José Luis Ibáñez, Juan José Gurrola, Juan Vicente Melo, Tomás Segovia, Octavio Paz, entre otros célebres personajes.35
Además de mencionar a algunos de los renombrados artistas que integraron el grupo y que hoy forman parte del canon, en explicaciones como ésta a menudo se rememora cómo ellos se atrevían a romper convenciones, con propuestas híbridas, programas eclécticos que combinaban distintas épocas y estilos, y puestas en escena poco convencionales. Se explica así que ese sea el espíritu que en esta segunda temporada se busca continuar. Con ello de igual manera se reafirma el carácter ambivalente del festival, que mantiene la hibridación de géneros, la conjunción de lo tradicional con lo vanguardista, de lo local con lo internacional, y hasta de lo hegemónico con lo contracultural. Cabe insistir en que esta heterogeneidad en los programas supone una intención de actualizar y reconstituir, desde la curaduría, las formas de hacer y de consumir la enunciación poético-performática. Esto también se ha filtrado en la autorreflexión de Casa del Lago en sus ediciones más recientes, en las que incluso se ha buscado explotar la variedad espacial del recinto para llevar a cabo las presentaciones y poner las instalaciones al servicio de una experiencia que pueda dar cuenta de los desplazamientos estético-culturales. Todo lo anterior puede ligarse con la tentativa de presentar un archivo diferente que, aunque pertenece a una actividad documental antigua, busca deslindarse de lo tradicional con nuevas propuestas discursivas y de navegación, del mismo modo que los programas del festival entran a menudo en tensión con lo canónico.
Desde otra perspectiva de la rememoración, durante las cuatro direcciones se han integrado en la programación del festival homenajes a las figuras de quienes conformaron el grupo pionero de Poesía en Voz Alta, ya sea al representar algo de su obra o al organizar mesas de diálogo conmemorativas.36
Bajo la dirección de Giménez-Cacho, según lo que se recoge en una exploración realizada por los miembros de Poética Sonora MX en torno al material documental que se iba reuniendo sobre los festivales de Casa del Lago en esta época, éste se resguardaba en carpetas organizadas cronológicamente, pero a las que normalmente no se tenía acceso público (cf. Caudillo 2017). No obstante, a partir de su segundo año y hasta el final de su gestión en 2017, ella promovió el proyecto de retener y difundir la memoria nueva que se iba creando en esta nueva temporada con la edición anual de “un pequeño libro de poco más de 100 páginas […], con el programa, las semblanzas de los participantes y tres o cuatro poemas de cada uno”. Sobre estas publicaciones ella agrega: “me parecen muy bonitos libros. […] estaban [también] en PDF y ahora ya no los vi [en el Archivo PVA], podrían incluirse, digo”. En el mismo sentido, apunta a que la documentación de la segunda temporada ya se estaba realizando en audio,37 aunque admite que durante su gestión la labor de mantener ese archivo “se descuidó en algún momento” y concluye: “creo que después se retomó, pero en realidad no tengo certeza” (Giménez-Cacho 2024).
En la gestión de Wolffer, aun cuando se continuaron haciendo registros de los eventos (sonoros e incluso audiovisuales), cultivar la memoria del festival tampoco tuvo un lugar prioritario. En cambio, hay indicios de un interés y un compromiso en reelaborar la memoria de archivo en un sentido que trascendió el festival, por ejemplo, en la entrega de 2019, al involucrar otro acervo sonoro de la UNAM: el de su colección Voz Viva. En particular en homenaje a la figura del historiador y ensayista Miguel León Portilla cuya grabación fue revisitada y reactivada en una pieza que se encargó al artista sonoro Rogelio Sosa, con motivo de la conmemoración de los 500 años del encuentro de Hernán Cortés y Moctezuma.38
En cuanto a la posibilidad de mantener una publicación como memoria de las ediciones anuales, Wolffer abandona el formato de libro propuesto por Giménez-Cacho y regresa al de los folletos, aunque haciéndolos crecer proporcionalmente, en comparación con los volantes editados bajo la dirección de Paredes Pacho, con una dimensión de aproximadamente 26 páginas, según se comprueba en los PDF reproducidos en el Archivo PVA.39
Es con García Leyva, que se recupera la iniciativa de publicación impresa de las memorias de las entregas, iniciada por Giménez-Cacho. Esto al encomendar a Macarena Hernández Estrada el libro La lengua que vibra antes de la palabra (2021), con transcripciones de varias de las intervenciones y conferencias del festival, sostenido de forma digital en 2020.40 La necesidad de volver a ponderar la materialidad analógica de la página y el trabajo artesanal de la impresión en una etapa donde el contacto era mediado por la pantalla, es algo que se tematiza también en el fanzine Sacar la lengua (Talavera y Saldaña 2021), un proyecto realizado por seis artistas mexicanos, como parte de las actividades del festival Poesía en Voz Alta en su edición de 2021, la cual llevó el lema de “Recuperar desde la voz”.41 Llama la atención que en el Archivo PVA sólo se recoja el video de la presentación de esta publicación, y sea sólo en la página general de Casa del Lago donde se pueden consultar ambas publicaciones en PDF. Cabe reconocer, además, que la iniciativa de realizar estas publicaciones no siguió el compromiso, como durante la gestión de Giménez-Cacho, de realizar una memoria por entrega. En cambio, donde sí se ha volcado la atención es en la creación del propio Archivo PVA como un espacio de consulta general de todas las entregas, cuyo reto empezó al revisar las carpetas y comenzar a digitalizar los diversos materiales, considerando exponerlos de la manera más clara posible, para una fácil navegación y una consulta accesible. Esto con los desafíos que conlleva un proyecto de conceptualización y administración archivística y de sistematización documental de semejante envergadura, un tema al que se dedicarán mayores reflexiones en la siguiente y última sección de este ensayo.
Para concluir las comparaciones en gestión y en conciencia histórica y documental, aun con las diferencias que se pudieron corroborar tanto en las orientaciones que ha tomado cada dirección —como en el diseño de sus materiales y vías de difusión, cada una con un sello propio—, se reconocen también las constantes, por ejemplo, en cuanto a la tradición de mantener ciertos géneros o de conservar invitados recurrentes. Sería deseable poder visibilizar estas reincidencias, por ejemplo, al implementar un sistema de búsqueda temático o por participante, lo cual ayudaría al estudio de posibles evoluciones de cada uno de forma individual, pero también de las transformaciones que se perciben en esas áreas artísticas a lo largo de los años. De igual manera, sería interesante conocer a través del archivo algo más sobre los procesos de organización, estrategias y áreas de interés que han nutrido las entregas durante las distintas gestiones.
Sobre la iniciativa del archivo digital y sus áreas de oportunidad
Ya se aludió al final del apartado anterior a que es durante la gestión de García Leyva, quien asume la dirección de Casa del Lago antes de la pandemia, en febrero de 2020, que se concreta la idea de realizar el archivo digital específico sobre PVA.42 Desde su creación en 2020 y hasta 2023, la coordinación del Archivo PVA estuvo a cargo de Fabiola Garza Talavera, a cuyo relevo entró por un breve periodo Bárbara Monjarás, para dejarlo en manos de su actual encargada, Pilar Garduño.
Cómo se llega en plena pandemia a la idea de preparar y publicar el archivo es algo que recoge Kassandra Valencia (2020) en su entrevista realizada a Garza Talavera y García Leyva.43 Más allá de la digitalización y sistematización de los materiales recogidos en las carpetas que habían permanecido resguardadas bajo llave en uno de los libreros de Casa del Lago (cfr. Caudillo 2017), y de otros que aparecían de forma dispersa, la entrevista realizada vía Zoom por Valencia revela una necesidad de la institución que también se corrobora en su texto de entrada al archivo: la de “investigar, recopilar y disponer para consulta pública documentos y archivos relacionados a la trayectoria del festival de Poesía en Voz Alta”.44 Ello con la idea de compartir la memoria y dialogar con los visitantes usuales de Casa del Lago, una necesidad que se vio reforzada por los tiempos de pandemia por los que se estaba atravesando.
En seguimiento a aquella entrevista, donde además se presentó la estructura general, quedando por delante la ardua labor de alimentar el archivo, en 2021 el equipo de Poética Sonora MX realizó una nueva visita, ahora presencial, donde tanto la directora como la responsable del archivo hicieron un recorrido por el acervo digital, ya más enriquecido y actualizado.
Además de los materiales de consulta documental, se compartió cómo se había creado la sección Escribir el archivo, con la idea de ofrecer ensayos realizados por encargo, “que tienen como tema principal el grupo de teatro vanguardista Poesía en Voz Alta (1956-1963) y el Festival Poesía en Voz Alta, con sede anual en Casa del Lago UNAM desde 2005 hasta el presente”.45 Se trata de un nuevo espacio de autorreflexión, ahora del archivo mismo, que hasta ahora sólo está integrado por dos propuestas, de las cuales la de Zazil Alaíde Collins, “Poesía en Voz Alta, el pálpito”, aunque anunciada, no está disponible para consulta. En cuanto a “Susurros, murmullos y otros cuchicheos. Un acercamiento al Archivo de Poesía en Voz Alta” de Rebeca Barquera (2021) —integrante de un colectivo interesado en “despatriarcalizar el archivo”, entre otras cosas subvirtiendo conceptos como jerarquía, autoridad y autor—,46 se trata de un texto que describe y comenta a manera de intervención (con el uso de las mayúsculas, por ejemplo) algunas características del archivo en cuestión. Se habla de su clasificación, se comentan aspectos de su navegación, de sus contenidos, sus posibilidades de consulta y, de paso, se confirma el proceso de digitalización por el que pasaron los materiales, además de revelarse las alianzas que hizo Casa del Lago con otras instituciones para procurar completar algunas lagunas evidentes:
El Archivo de PVA no tiene por ahora un espacio físico para consulta, su existencia radica en lo digital. Se configura por REVERBERACIONES de documentos pertenecientes a otras instituciones como el CITRU-INBA, el Archivo Juan José Gurrola y otros documentos digitales que se encontraban organizados en CDs en Casa del Lago, que tiempo después se respaldaron y organizaron en discos duros para migrarlos a la red. La memoria no sólo se resguarda, se vincula. AÚLLA. Con un formato de ediciones, el archivo se encuentra con una clasificación binaria: la “histórica” (1956-1963) y la “contemporánea” (2005-presente). (Barquera 2021).
Esta documentación podría incluso completarse mediante alianzas con otras instancias e instituciones, por ejemplo, con DescargaCultura de la UNAM, cuyo archivo cuenta con grabaciones de José Luis Ibáñez sobre los años iniciales de Poesía en Voz Alta en Casa del Lago.47 Así también, para complementar la presencia que el Grupo Alatorre tuvo en esa primera etapa del festival, se podría recurrir a la reedición y actualización en CD que hizo El Colegio de México en 2015 de un LP originalmente editado en 1958 por GRAMEX bajo el nombre de Canciones Españolas del Renacimiento, refiriendo al booklet que incluye valiosos testimonios de Margit Frenk como integrante de este Grupo sobre su presentación en Casa del Lago.48
Durante el recorrido que García Leyva realizó para el equipo de Poética Sonora MX en 2021, se resaltó la sostenida intención dialógica con el público, promoviendo la creación del archivo como una acción colectiva, transversal, participativa y continua. Esto mismo queda manifiesto en la invitación que se hace en la pestaña “Colabora” de la página principal, donde se apela al usuario a involucrarse con el archivo.49 No obstante, en la entrevista realizada a tres años de la creación del Archivo PVA, ella confiesa que este involucramiento no resultó como se esperaba y que para que haya más interacción es preciso idear nuevas estrategias y combinar medios de difusión (volantes, comunicados en Facebook y otras redes sociales, así como en el archivo), para fomentar una cultura más participativa en estos términos.50 Pero esto hasta ahora no ha sido posible, pues demanda la ocupación de más personal dedicado a este proyecto.
En el primer año, una forma de despertar el interés de los visitantes en el sitio y de hacer que cuestionaran el archivo fue mediante tres piezas comisionadas que aparecen como materiales suplementarios en la entrada del portal. A partir de ellos se plantea de forma creativa y lúdica otro tipo de metarreflexión que por momentos resulta provocadora (imagen 6).
Imagen 6. Toma de pantalla que muestra los íconos (marcados en rojo) de acceso a las tres piezas de creación-intervención, además de información que se despliega en la sección de “Textos” (del lado derecho). Archivo PVA (consulta: 24 de mayo 2024).
La primera, el ícono de un caminante recortado a manera de collage, lleva a la autointervención “Todo lo que la luz toca” de José de Sancristóbal, en la cual, mediante cápsulas testimoniales ficticias presentadas en voz alta y elementos sonoros, se
propone un ambiente digital […] que acciona los sesgos de información de los materiales de archivo que se resguardan en torno al movimiento Poesía en Voz Alta (1956-1963). Partiendo de las fotografías en blanco y negro que documentaron los primeros programas, De Sancristóbal re-imagina los colores, movimientos y sonidos de las puestas en escena donde participaron artistas visuales como Juan Soriano y Leonora Carrington, cuestionando en el proceso los límites de representación de los archivos históricos, aparentemente claros y directos. El título del proyecto hace referencia a una entrevista de Soriano con Teresa del Conde, donde él reflexiona: “No entiendo cómo alguien puede decir que hay cosas sin color. Los bronces tienen color y todo lo que la luz toca tiene color”.51
La segunda pieza, “Frágil”, se activa desde la imagen centelleante que se encuentra al centro de la pantalla, la cual tematiza de forma interactiva el propio archivo desde su vulnerabilidad, metafóricamente imaginada a partir de un incendio. Sobre esta idea la propia artista Sofía Hinojosa comenta:
“Frágil” narra un acontecimiento ficticio de un incendio que termina con el Archivo de Poesía en Voz Alta. Tomando forma en animaciones digitales que lentamente destruyen la información contenida en los documentos resguardados y la página web misma, el fuego se convierte en el vehículo para reflexionar sobre el archivo, sobre el soporte de la historia que decidimos almacenar, y la otra historia, la que no se guarda pero que permanece como voz en el viento.52
La tercera pieza, “Radioarchivo de PVA”, es un proyecto colectivo de Carla Lamoyi, Iurhi Peña y Santiago Parra que se activa desde el banner superior, junto a un punto intermitente que llama la atención por asemejarse a un ícono de grabación o de alerta, intencionalmente colocado junto al título que aparece en carrusel. En esta pieza encontramos tres entrevistas virtuales y 25 fichas biográficas de mujeres que en la primera etapa se involucraron en el festival; entre ellas se encuentran las dramaturgas y escritoras Elena Garro y Nancy Cárdenas, la artista plástica Leonora Carrington y las actrices Meche Pascual y Ofelia Guilmáin. Para ello, el proyecto crea la historia de una radiodifusora ficticia, Radioarchivo PVA, en cuyo programa “Sin andarse por las ramas” la conductora Electra Escobedo es la encargada de realizar estas entrevistas apócrifas.53
Si bien con estas intervenciones y textos complementarios la propuesta general del Archivo PVA presenta un atractivo especial, incomparable con otros repositorios digitales puramente funcionales, pueden también resultar desconcertantes para usuarios no familiarizados con el acervo, volviendo su consulta de inicio algo confusa y opaca. Y esto aun cuando la estructura de la página parece simple, al dividirse sólo en cinco secciones o pestañas operativas (laterales y superiores), de las cuales en realidad únicamente “Textos” y “Ediciones” llevan al acceso propiamente documental.
El riesgo de refrescar el espacio con elementos creativos y autocríticos como los de las tres intervenciones que rayan en la deconstrucción del archivo, es también que la voz y la postura institucional puedan entrar en crisis.54 Cabe preguntarse así hasta qué punto se comprende la convivencia del discurso institucional con el de carácter más lúdico y deconstructivo. Sobre esto, la actual directora de Casa del Lago sostiene que esa ha sido la apuesta, con un espíritu exploratorio acorde a la esencia del festival (García Leyva 2024).
Sin perder esa frescura que se buscó imprimir al sitio en sus inicios, quizá a más largo plazo debería repensarse en qué orden de prioridad están los objetivos que persigue el Archivo PVA: si quiere ser fundamentalmente un espacio de consulta documental e informativa; o acaso un nodo articulatorio y comunicativo entre artistas y su público o entre éste y la institución; o bien si se busca fomentar un foro creativo, crítico y aun formativo. En función de ello, podrían reorganizarse algunos de sus elementos, ofreciendo condiciones de navegación y de búsqueda más ágiles e intuitivas que promuevan su consulta por parte de los visitantes.55 Más allá de esto, cabría la posibilidad de revisar y afinar la protocolización y catalogación de su información, en función de presentarla con principios más claros y estandarizados de metadatos, lo que a futuro permitiría vincular consultas tanto al interior del acervo como con otros archivos de su tipo.56
Según lo que se ha visto, un asunto que también tiene que ver con el proceso mismo de su creación, es que el archivo sigue presentando lagunas informativas y documentales, lo cual lo vuelve un tanto dispar y asimétrico, aunque esto no tiene por qué considerarse una carencia o defecto del archivo, sino que puede resaltarse como una característica propia de su carácter vivo. Una vida cuya memoria opera de forma similar a la memoria individual y colectiva: desigual, inesperada y a veces hasta caprichosa al momento de recuperar muestras del pasado, pero que puede reescribirse, rectificarse, transformarse. Esto último, por ejemplo, al reconocer que, con la creciente conciencia del legado de este festival, los registros han aumentado y se han diversificado, desarrollándose también a la par que se han ido transformando las posibilidades técnicas y materiales para su registro y difusión. Es así que las fuentes materiales, en lugar de sólo revelarse, comienzan a convivir y a cumplir funciones complementarias que podrían aprovecharse cada vez más en función de la activación del Archivo PVA.
Algo que quedó claro por parte de la actual directora es que al momento de crear o de mantener un proyecto institucional de esta envergadura, hay que contemplar que requiere una infraestructura técnica y humana sostenidas para su administración y mantenimiento, lo cual contraviene a la planeación presupuestaria que para estos rubros sufre fluctuaciones (García Leyva 2024). En conversación con ella se aclara que las lagunas en el Archivo PVA se deben menos a la falta de pericia que a la de personal, pues éste ya en sí es un trabajo que requeriría de dedicación y atención plena, con alguien específicamente contratado para desempeñar esas funciones. Reconocer el papel que a nivel general quiere dar la UNAM a este tipo de archivos podría contribuir a desarrollar áreas específicas para apoyar y vincular más sus valiosas arcas culturales,57 las cuales sería deseable no sólo mantener sino incluso nutrir.
Para concluir, en este artículo se ha procurado hacer una recapitulación sintética de la historia del festival de Poesía en Voz Alta, único y referencial en México, y de la manera en la que está comenzando a hacer memoria a partir del proyecto del Archivo PVA. Se ha visto que, desde su creación en 2021, este último en sí mismo es producto de un ejercicio de rememoración y revaloración, cambiante y frágil, siendo una apuesta sobre todo al presente, con una proyección de compromiso a futuro que no está garantizada y que, una y otra vez, se tiene que volver a pactar.
Dado su dinamismo y el hecho de que se encuentra en constante producción, lo que aquí se expone no es más que un ejercicio de “corte de caja”, que permite evaluar el camino hasta aquí recorrido y, si acaso, ayuda a redireccionar y potenciar algunos aspectos con miras a apoyar en la construcción de un futuro cada vez más rico y próspero. La idea es entonces también que esta última sección del ensayo sirva al propio proyecto de Poesía en Voz Alta como memoria reflexiva, mostrando que su Archivo PVA merece todavía mayores revisiones y mejoras.
Como proyecto de la memoria de un festival, pero también como el de una construcción común del conocimiento que congrega esfuerzos de sus gestores, curadores, artistas invitados,58 renuevan la noción de “poesía” bajo los cuales se observan y extienden la expresión de “en voz alta”, considerando los diversos géneros y disciplinas que convocan. Cada una de las propuestas, pero también cada una de las entregas del festival habla, además, de una toma de postura ideológico-social que ha adoptado este foro en el centro cultural que lo ha acogido como sede en esta segunda temporada. A través de ello, a la vez que promueve expresiones experimentales que en muchos sentidos todavía se siguen considerando marginales y periféricas, pertenece a una institución de enseñanza superior que, sin embargo, rara vez hace de estos temas sus proyectos de investigación. Este texto busca contribuir su grano de arena en esta dirección, esperando que a nivel intrainstitucional se genere más sinergia para aprovechar los materiales que ofrece.
Quedan muchos caminos para que el archivo pueda seguir creciendo, asombrando y formando a sus usuarios, con la vocación de ser un espacio compartido que pueda ir haciendo cada vez más justicia a la ya tan generosa memoria que actualmente ofrece. Con ello, podrá mantenerse mucho más que intenciones poéticas. Como dijera la ya mencionada artista estadounidense Anne Waldman, curadora de la edición 2017 de Poesía en Voz Alta “Palabras para el Antropoceno”, se velaría por
[…] la esperanza de una comunidad recombinante de poetas internacionales que trabajan con historia, mitología, texto, voz, sonido, elementos multimedia y la discusión sobre lo que ejerce mayor presión en nuestras civilizaciones, lo que está en peligro de extinción, lo que tenemos que preservar y honrar en nuestras diferentes tradiciones lingüísticas experimentales, tanto antiguas como modernas.59
Berlín, abril-junio 2024
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1* Para la elaboración de este artículo se contó con apoyo del Programa de Apoyos para la Superación del Personal Académico de la UNAM (PASPA-DGAPA).
2 Consultable en https://casadellago.unam.mx/archivopva/.
3 Los espacios de autorreflexión y de desarrollo de memoria, a los que se hará referencia más adelante, se cristalizan en diversas prácticas como: a) la publicación de libros que recogen contenidos seleccionados de ciertas entregas del festival; b) la publicación en la página web de ensayos hechos por encargo, que fungen como presentación del archivo y ponen en evidencia el carácter participativo del festival; c) las piezas interactivas que aparecen en el sitio web y buscan reconfigurar la experiencia del archivo, de sus obras y protagonistas; y d) los conversatorios organizados como actividades paralelas a algunas entregas del festival, con la invitación de los organizadores y curadores que han participado a lo largo del tiempo, donde se revaloran su influencia e impacto. Esta síntesis permite entender, aunque sea someramente, hacia dónde ha apuntado el revisionismo de Casa del Lago como institución, más allá de la creación del Archivo PVA.
4 En los créditos de los programas aparecen, por ejemplo, José Emilio Pacheco como encargado de relaciones públicas y Juan García Ponce como asistente de director. Algunas colaboraciones se limitaban a la redacción de las notas a los programas, como puede verse en el caso de Carlos Fuentes en la segunda y de Sergio Fernández en la octava temporada. A pesar de que se mantuvo un núcleo duro de integrantes, en esos años fueron varios artistas los que se vincularon de manera itinerante al grupo.
5 La mayoría de estas fotografías habían aparecido en estudios previos que abordan este periodo, como el de Roni Unger (2006).
6 La documentación se limita a la reproducción de los programas de mano y a unas contadas imágenes que carecen de pies de foto explicativos ni dan crédito al fotógrafo. Tampoco las fichas introductorias de cada una de las entregas mencionan a su autor/a.
7 Arreola, nota al programa de Poesía en Voz Alta, 1956, Archivo PVA. Disponible en: https://casadellago.unam.mx/archivopva/ediciones/1956/archivo/primer/programa/CITRU_PrimerProgramaFolleto_watermark%20(2).pdf.
8 Fuentes, nota al segundo programa de Poesía en Voz Alta, 1956. Archivo PVA. Disponible en: https://casadellago.unam.mx/archivopva/ediciones/1956/archivo/segundo/programa/SegundoProgramaFolleto.pdf.
9 Paz, nota al tercer programa de Poesía en Voz Alta, 1957, Archivo PVA. Disponible en: https://casadellago.unam.mx/archivopva/ediciones/1957/archivo/tercer/4.FolletosTercerPrograma/CITRU_TercerPrograma_watermark.pdf.
10 Véase s.a., s.f./. s.t.: https://casadellago.unam.mx/archivopva/ediciones/1957/.
11 De Mesa, nota al cuarto programa de Poesía en Voz Alta. Disponible en: https://casadellago.unam.mx/archivopva/ediciones/1957/archivo/cuarto/4.FolletosCuartoPrograma/CITRU_CuartoProgramaFolleto_watermark.pdf.
12 Entre ellos estaban Teatro el Caballito y el Teatro Degollado en 1956; el Teatro Moderno en 1957; la Escuela de Arquitectura de México Iberoamericana, la Capilla Abierta de la Catedral de Cuernavaca y el Teatro Fábregas en 1958; este último también como sede del programa en 1959; y el Teatro Sullivan en 1960.
13 Comunicación personal con Julieta Giménez-Cacho vía correo electrónico, 15 abril de 2024. Una explicación de este hecho puede desprenderse de la ficha descriptiva que en al Archivo PVA se hace del segundo programa, en donde se apunta a desencuentros específicamente entre Arreola y Paz, los cuales hicieron que el primero se desmarcara del grupo (véase s.a., s.f./. s.t.: https://casadellago.unam.mx/archivopva/ediciones/1956/).
14 En la ficha de presentación de la última edición de la página, uno de los roces concernía a diferencias en la interpretación, que atañen a exigencias encontradas: “se montó La moza del cántaro de Lope de Vega dirigida por José Luis Ibáñez [quien] puso énfasis en perfeccionar la dicción y musicalidad del verso de los intérpretes. A pesar de esto, Soriano les puso máscaras a los actores que impidieron el movimiento y cubrieron sus caras causando conflicto dentro del grupo”. Véase s.a., s.f./. s.t.: https://casadellago.unam.mx/archivopva/ediciones/1963/.
15 Por ejemplo, el que tras la presentación de la cuarta edición (1957), la UNAM cancelaría su relación con el proyecto, aun cuando vuelve a apoyar al grupo (bajo la dirección de Juan Vicente Melo) hacia el término de su existencia, al ofrecerle el foro de Casa del Lago para su última presentación.
16 Ficha de presentación a la sexta edición de Poesía en Voz Alta, 1957. Véase s.a., s.f./. s.t.: https://casadellago.unam.mx/archivopva/ediciones/1959/.
17 Véase s.a., s.f./. s.t.: https://casadellago.unam.mx/archivopva/ediciones/1963/.
18 Idem.
19 Conferencia “Poesía en Voz alta en el teatro de México” 2020. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=xw3nZL5JfwA. Fragmentos de esta charla se encuentran transcritos en Macarena Hernández Estrada (ed.), La lengua que vibra antes de la palabra, México, Casa del Lago/UNAM, 2021, pp. 18-38. Disponible en: https://casadellago.unam.mx/nuevo/wp-content/uploads/2018/09/la_lengua_que_vibra_antes_de_la_palabra_pva2020.pdf.
20 En la charla también participó Fabiola Garza Talavera, encargada del archivo digital PVA. Véase García Leyva, “Charla-Presentación Archivo Digital Poesía en Voz Alta”, con la participación de Mónica Mayer, Fabiola Garza Talavera y Paulina González Villaseñor, 7 de noviembre de 2020 (video). Disponible en:
https://www.youtube.com/watch?v=5Wd4CLJ3xXs.
21 Véase “La palabra antes de la palabra. En charla con Cinthya García Leyva”, un video de la entrevista a la actual directora de Casa del Lago realizada el 24 abril de 2024 por miembros de Poética Sonora MX (cf. García Leyva 2024).
22 Andrea Aguilar recuerda que el diseño de esta nueva versión, como Festival de Poesía en Voz Alta, fue ideado por Paredes Pacho en 2005, y que esa labor de abrir un espacio a las nuevas manifestaciones poéticas tuvo continuidad en el programa de Literatura Expandida en el Museo Universitario del Chopo, el cual dirigió a partir de 2012 (Aguilar 2014). Si bien es cierto que en este espacio continuó promoviendo las prácticas poéticas y de literatura expandida (sobre sus especificidades, véase Hurtado 2024), durante todo el periodo que duró su gestión como director de este Museo Universitario del Chopo (hasta 2024) también se mantuvo el vínculo con Casa del Lago a partir de las actividades relacionadas con este festival.
23 Véase s.a., s.f./. s.t.: https://casadellago.unam.mx/archivopva/ediciones/2005/.
24 Entre las figuras representativas de estos géneros que se presentaron en ese año estuvieron exponentes con propuestas tan variadas como Amiri y Amina Baraka con su free-style con aires de rap y de reggae; Alexis Díaz Pimienta desde el repentismo y la improvisación; o Mario Bellatin acompañado de presentaciones multimedia.
25 Véase s.a., s.f./. s.t.: https://casadellago.unam.mx/archivopva/ediciones/2006/.
26 Vargas, 2012. Se trata de un artículo periodístico consultado independientemente del Archivo PVA.
27 Otros indicadores de la recepción que podrían visibilizarse y sumar a este tipo de acercamientos sobre el festival y su público son sin duda también las redes sociales, sobre todo en años recientes. De igual manera, está la política dialógica y participativa que se presenta en el sitio del Archivo PVA, a la cual volveremos más adelante, a partir de la cual podrían compartirse más resultados en el mismo sitio.
28 En cuanto a la participación internacional, se amplían los horizontes a distintas geografías. Por ejemplo, ya en el segundo año de la nueva temporada se presentan invitados de Hispanoamérica (Belice, Cuba, España, Paraguay, Perú), y del contexto anglófono (Gran Bretaña y EUA). En entrevista con Cinthya García Leyva, ella identifica ciertas tendencias en las relaciones con determinados países, según los contactos forjados por las distintas direcciones de Casa del Lago, como se comentará más adelante.
29 Esta información fue proporcionada por Cinthya García Leyva en la entrevista que se sostuvo con ella (véase García Leyva 2024).
30 Cabe mencionar que a lo largo de los años la definición del periodo para celebrar el festival ha ido cambiando. Por ejemplo, durante la gestión de Giménez-Cacho, a partir de 2013, la fecha se movió del tercer al segundo trimestre del año (abril-mayo), con el fin de evitar las intensas lluvias, “ya que el foro es al aire libre”. Aunque desde su punto de vista funcionó bien para el público (Giménez-Cacho 2024), no se logró mantener por diversos factores logísticos y de organización, de modo que las fechas han ido cambiando. En cambio, lo que en la reciente gestión sí se ha logrado, es procurar ocupar todos los espacios de Casa del Lago y no ya sólo el Foro Alicia Urreta, sino los salones, los jardines, los paseos, la azotea que ofrecen una diversidad de foros libres y abiertos que invitan al público en diálogo frontal a conocer y apropiarse también de muchas maneras de la casa y de su historia, en ese espacio estratégico que es el Bosque de Chapultepec (García Leyva 2024).
31 Los apoyos pueden venir de las propias embajadas o de órganos culturales que representan a los distintos países en México, como el Instituto Goethe de Alemania o el IFAL de Francia.
32 Hubo por supuesto otros visitantes que le dejaron un recuerdo indeleble, pero como ella misma confiesa: “Siempre me resulta complicado mencionar solo algo [o a alguien], parafraseando a Diamela Eltit: si nombras a alguien significa desnombrar a otros, por eso me cuesta mucho trabajo esta pregunta. Puedo pensar que fue memorable la presencia de Eugen Gomringer, e inmediatamente me vienen a la cabeza, Serge Pey, Jerome Rothenberg, Charles Bernstein, Pamela Z, Francisco Hernández, Kate Tempest, Lukas Avendaño, Coral Bracho, Raúl Zurita, Cardencheros de Sapioriz, Rojo Córdova, Sara Raca, imposible parar, tuvimos poetas mayores con mucho reconocimiento y poetas muy jóvenes, más de veinte en cada edición. Fue memorable conocer a tantas y tan talentosas personas y también el desarrollo de la programación me encantó cada año.” (Giménez-Cacho 2024).
33 Por ejemplo, en 2023 firman los textos Cinthya García Leyva y Macarena Hernández Estrada, mientras que en 2022 firma Clyo Mendoza como curadora invitada.
34 Véase el texto que anuncia la programación de abril 24 de 2022 en su sección de Literatura y Textualidades. Disponible en: https://casadellago.unam.mx/nuevo/evento/la-lengua-que-vibra.
35 Texto del folleto de presentación de la edición 2007 de Poesía en Voz Alta, reproducida en PDF en el Archivo PVA. Disponible en: https://casadellago.unam.mx/archivopva/ediciones/2007/.
36 Como las ya mencionadas de Hugo Gutiérrez Vega y Juan José Gurrola en 2005, o de Cinthya García Leyva, Mónica Mayer y Paulina González Villaseñor en 2020 (García Leyva 2020).
37 Véase el despliegue de esta documentación desde la entrega de 2005, por ejemplo, para el caso de Natalia Toledo en el Archivo PVA, imagen 4. Pero estos registros en audio aún no aparecen para todos los casos de los artistas en las distintas entregas.
38 Cabe mencionar, sin embargo, que sobre esta entrega a la fecha no es posible consultar el material en el Archivo PVA, salvo por las breves fichas biográficas que aparecen de sus participantes. Para mayor detalle sobre esta pieza véase González Aktories (2024), un texto que complementa a la presente investigación.
39 Por ejemplo, el PDF del programa correspondiente a la entrega de 2019. Disponible en: https://casadellago.unam.mx/archivopva/ediciones/2019/archivo/programas/2019.pdf.
40 Algunas ya citadas aquí, como la de Obregón 2020.
41 En las páginas de presentación, García Leyva y Anel Pérez explican la elección del formato del fanzine, que permite mostrar la dimensión de la voz y la oralidad desde lo inter- y transdisciplinar, mostrando “su capacidad para transformarse, traducirse y transvestirse en múltiples formas, tiempos, ritmos; para cambiar de casa, para cambiar de materia.” Asimismo, encuentra que “como fuerza motora de movimientos contraculturales el fanzine ha propuesto históricamente una forma otra de entender y practicar la literatura y las artes. […] hemos querido honrar esa tradición alternativa y contestataria, tan necesaria hoy como en sus orígenes.” (en Talavera y Saldaña 2021: 4).
42 Entre las gestiones limitadas que permitía la reclusión durante la pandemia por COVID-19, García Leyva incluso impulsó la idea de un proyecto de Casa del Lago Virtual, el cual albergó algunas exposiciones sólo visitables en red (https://casadellago.unam.mx/encasa/).
43 Ese encuentro, llevado a cabo el 27 de octubre de 2020, fue el segundo de cuatro intercambios que a lo largo de los años ha tenido el equipo de Poética Sonora MX con Casa del Lago en relación con este Festival (véase Valencia 2020). El primer intercambio, ya mencionado páginas atrás, se remonta a los meses de octubre a diciembre de 2016, bajo la dirección de Giménez Cacho (véase Caudillo 2017); el tercero se dio en forma presencial el 7 de diciembre de 2021, justo al comenzar a salir de la pandemia; y el encuentro más reciente se realizó con motivo de la entrevista a García Leyva, el 24 de abril de 2024 vía Zoom. El actual estudio es deudor de estos acercamientos previos y se inscribe en la misma línea de éstos, como parte de las continuas investigaciones de Poética Sonora MX.
44 Véase https://casadellago.unam.mx/archivopva/.
45 Texto de entrada a esta sección, disponible en: https://casadellago.unam.mx/archivopva/.
46 Para más información sobre esta iniciativa y sus principios, consúltese https://despatriarcalizarelarchiv0.hotglue.me/?manifiesta.
47 Véanse los enlaces https://descargacultura.unam.mx/poesia-en-voz-alta-sus-inicios-6880898 y https://descargacultura.unam.mx/poesia-en-voz-alta-ii-7100147.
48 Véase Margit Frenk 2015: 8.
49 “¡Ayúdanos a formar el archivo digital Poesía en Voz Alta! Casa del Lago UNAM busca crear una página web de libre acceso que reúna documentos relacionados a la historia de este emblemático festival. Si tienes imágenes, videos o audios de conciertos, presentaciones o conferencias del festival Poesía en Voz Alta en cualquiera de sus ediciones, queremos verlas. Para más detalles y enviar tus archivos, presiona aquí” (https://casadellago.unam.mx/archivopva/).
50 Cabría incluso pensarse en alternativas de crear estímulos para que los usuarios se vean motivados a mandar el material, sabiendo cuáles serían sus beneficios. Por ejemplo, al organizar certámenes o espacios de diálogo en las entregas de los festivales como los que hasta ahora se han hecho para hablar de los protagonistas y de los curadores, pero ahora tematizando y empoderando al público. Estímulos o premios podrían darse también al ofrecer las publicaciones impresas a cambio de estas donaciones, indicando que se dará el debido crédito a las mismas también desde la página.
51 Véase https://casadellago.unam.mx/todoloquelaluztoca/. Este proyecto se realiza en colaboración con Lucía Vidales y Gabriel Esparza en intervenciones de color y sonido, respectivamente. Se dan además créditos por grabación de narración y edición a Jesús Omar Guajardo Estrada y Joaquín Ocejo / El Nido Records. El texto, que presenta “ideas de Juan Soriano, Leonora Carrington, Roni Unger, Seth Price, Juan José Arreola, John Berger”, es narrado en voz alta por Rodrigo Odriozola. (Otros créditos por la pieza se dan a miembros de Casa del Lago, como a Fabiola Talavera por la curaduría y coordinación; Berúz Herrero por la museografía, así como a los diseñadores y programadores.
52 Investigación, conceptualización y voz: Sofía Hinojosa; grabación de sonido: Vano Sonoro; animaciones: Regina Vargas (https://casadellago.unam.mx/fragil/).
53 Este proyecto, curado por Fabiola Garza Talavera, se encuentra disponible en: https://casadellago.unam.mx/radioarchivopva/.
54 Tal vez el crear el archivo en plena contingencia no hizo posible la colaboración con profesionales en la creación de repositorios, con formación bibliotecológica, la cual entiende la catalogación y documentación de maneras más ejecutivas y que podría haber ofrecido alternativas para compaginar lo creativo y lo funcional de un archivo cuya función primariamente es la de permitir acceso claro y fácil a los documentos.
55 En cuanto a la identificación de algunas de estas posibilidades de mejora, en el orden de su estructura y programación digital, ya se habló en este ensayo de la ganancia que habría de incorporar una barra de búsqueda, con posibilidad de un rastreo transversal para identificar actores y su grado de participación/rol en las distintas ediciones (trayectoria-relación sincrónica y diacrónica). Esto más adelante podría ampliarse mediante metadatos más orientadores, como palabras clave que permitieran buscar por temas, géneros, expresiones, actividades, considerando incluso la hibridez de su contenido artístico. Asimismo, cuidar que la sección de “Contacto” sí se active, con la posibilidad de ofrecer un correo o un espacio para dejar dudas, sugerencias.
Por cuanto al diseño, como oportunidades de mejora estarían: dar opciones para leer con fondo blanco o negro (Giménez-Cacho, por ejemplo, al comentar sobre el Archivo PVA, reconoce que le resulta difícil leer en mayúsculas y con fondo negro); ponderar un tamaño más pequeño para los años de las ediciones, que actualmente acaparan gran parte de la pantalla, para dejar más espacio al despliegue de textos y materiales documentales; mantener visible el año cuando se activa o se pone el cursor sobre él, pues tiende a desaparecer, lo cual puede generar desconcierto; Giménez-Cacho también comenta “me parece que poner las fechas de cada edición de Poesía en Voz Alta antes de que fuera el Festival de Casa del Lago me parece confuso, quizá yo haría un solo bloque para ese periodo”; seleccionar más las fotos, porque ahora en algunos casos hay demasiadas y muy parecidas, y hay que scrollear mucho para enterarse de que abajo se encuentran los audios y videos (tal vez ayudaría si se invierte el orden: poner primero los audios, luego los videos y al final las fotos); el punto rojo del banner superior hacerlo más evidentemente parte de la pieza.
Y en cuanto a contenido, se recomendaría: ofrecer más explicaciones de lo incluido en las distintas secciones; cuidar para un futuro manejo que haya respaldo de las ediciones de los programas en otro formato, sobre todo donde ahora se despliegan en forma de micrositios (en las entregas más recientes), para evitar que a futuro estos presenten fallos por falta de mantenimiento o desaparezcan (generalmente tienen una vida efímera, relacionada con la presentación del evento); homogeneizar hasta donde sea posible la información sobre cada edición, evento, creador/a, obra (ej. en 2007 Juan Gelman que no se explica por qué tiene videos breves y audios largos). Como ya se dijo, dar crédito a los fotógrafos y/o donadores del material. Terminar de completar información de las actividades en las distintas entregas. Por ejemplo, en la ya citada entrega de 2019, pero también en anteriores (véase: 2012 Ricardo Castillo y Fernando Vigueras sólo aparecen sus fichas biográficas y una imagen de Castillo (¿en Casa del Lago?), mientras que de Jaap Blonk sí figuran fotos de su presentación). Incluir materiales de actividades complementarias, sobre todo si se refieren a autorreflexión de la historia y el archivo de PVA. Hacer abierta la información de la recepción del público, informando regularmente o promoviendo certámenes (como parte de las ediciones, pero también fuera de ellas). Incorporar información hemerográfica de recepción de las ediciones en la prensa (o referir a ello, como búsqueda “fuera” del archivo). Estructurar los elementos dispares con coherencia, hacerlos interoperables. No es posible si las imágenes no dicen nada. Permisos y créditos, una labor que también hace falta.
Podrían igualmente plantearse otros usos del archivo: incorporándolos todavía más en la cultura revisionista (de recuerdo y activación) en los programas y actividades de las distintas entregas de los festivales, para que el público también conozca, se familiarice e involucre con el sitio. Cabría pensar en generar formas de socialización de esto mismo en las redes sociales que maneja Casa del Lago.
En todas estas propuestas hay cambios que se pueden planear de manera fácil e inmediata, mientras que hay otras que requerirían una planeación por pasos, según las posibilidades de la institución.
56 Empezando por los que tiene la UNAM en otras de sus dependencias culturales como la Mediateca del Museo del Chopo, la colección de grabaciones Voz Viva y Descarga Cultura, el fondo Arkheia del MUAC, por mencionar sólo tres.
57 Véanse por ejemplo las mencionadas en nota 55.
58 Aunado a la propuesta de a futuro poder rastrear por temas y géneros, también ayudaría el rastreo de las figuras que participaron con sus propuestas en distintas entregas del festival, para identificar transformaciones en sus poéticas, y a la vez reconocer tendencias y cambios en esta escena tan cambiante.
59 Cita de Anne Waldman en boletín de prensa, s.a. nota del evento en el Centro Cultural España en México, disponible en: https://ccemx.org/evento/festival-internacional-poesia-en-voz-alta-17/.
Fuentes consultadas
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“El programa de Literatura Expandida del Museo Universitario el Chopo es un centro neurálgico de la nueva poesía. Su director José Luis Paredes Pacho traza un mapa entre los versos”, en Babelia, El País, 25 de julio de 2014. Consultable en:
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Nota al Primer Programa de Poesía en Voz Alta, entrega 1956, Archivo PVA. https://casadellago.unam.mx/archivopva/ediciones/1956/archivo/primer/programa/CITRU_PrimerProgramaFolleto_watermark%20(2).pdf.
BARQUERA, Rebeca
“Susurros, murmullos y otros cuchicheos. Un acercamiento al Archivo de Poesía en Voz Alta”, en Casa del Lago/Archivo PVA/Textos, 2021. Consultable en: https://casadellago.unam.mx/archivopva/textos/rebeca/.
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“Relatoría de consulta e investigación del acervo sonoro en Casa del Lago Juan José Arreola, UNAM”, en PoéticaSonora MX/Investigación de campo. Febrero de 2017. Consultable en: https://poeticasonora.unam.mx/relatoria-de-consulta-e-investigacion-del-acervo-sonoro-en-casa-del-lago-juan-jose-arreola-unam/.
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“De Poesía en voz alta a la vanguardia Exhausta”. Revista de la Universidad de México, junio de 1990, pp. 11-15. Consultable en: https://www.revistadelauniversidad.mx/download/8897dc64-2540-4e4a-bd87-d98f65f3ea00?filename=de-poesia-en-voz-alta-a-la-vanguardia-exhausta.
CRUZ, José Luis
“Poesía en voz alta: Lástima no haberlo visto. Entrevista a Roni Unger”, Revista de la Universidad de México, enero de 1991, pp. 73-76. Consultable en: https://www.revistadelauniversidad.mx/download/a2a105ba-8939-4c7b-be9c-b04a3193cf14?filename=poesia-en-voz-alta-lastima-no-haberlo-visto-entrevista-a-roni-unger.
HERNÁNDEZ ESTRADA, Macarena (ed. y coord.)
La lengua que vibra antes de la palabra. México: Casa del Lago/UNAM, 2021.
FRENK, Margit
“Breve historia del Grupo Alatorre (escrita por su única superviviente)” en Grupo Alatorre, Canciones Españolas del Renacimiento. México: El Colegio de México, 2015, pp. 7-9.
FUENTES, Carlos
Nota al Segundo Programa de Poesía en Voz Alta, entrega 1956, Archivo PVA. https://casadellago.unam.mx/archivopva/ediciones/1956/archivo/segundo/programa/SegundoProgramaFolleto.pdf.
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GARCÍA LEYVA, Cinthya
“La palabra antes de la palabra. En charla con Cinthya García Leyva”. Entrevista realizada el 24 de abril de 2024 por el equipo de Poética Sonora MX, con Bruno Armendáriz, Susana González Aktories y Sebastián Maldonado, en PoéticaSonora MX/En charla con. Octubre de 2024 (video). Consultable en: https://poeticasonora.unam.mx/archivo-poesia-en-voz-alta-en-charla-con-cinthya-garcia-leyva/.
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GIMÉNEZ-CACHO, Julieta
Intercambio personal con la autora vía correo electrónico, abril de 2024.
GONZÁLEZ AKTORIES, Susana
“Ecos y memorias sonoras: entre la celebración, el homenaje y la exploración artística. En charla con Rogelio Sosa”, en PoéticaSonora MX/En charla con. Julio de 2024. Consultable en: https://poeticasonora.unam.mx/ecos-y-memorias-sonoras-entre-la-celebracion-el-homenaje-y-la-exploracion-artistica-en-charla-con-rogelio-sosa/.
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