Poesía en Voz Alta, el pálpito

Zazil Alaíde Collins

Nuage. Tren de palabras: alucinante, inolvidable despliegue de acciones concretas. Reviso apuntes, repaso postales, programas de mano, poemas en los que la palabra muge, tiembla y resuena en el legado de las presentaciones públicas de Poesía en Voz Alta, ligado a los rituales que las y los poetas han resignificado en colectivo.

Como se ha documentado (una magistral grabación de quien trabajó también en los orígenes de la programación de PVA, José Luis Ibáñez, da cuenta de ello, desde Descarga Cultura UNAM), Jaime García Terrés impulsó instalaciones, en un principio teatrales, con Leonora Carrington y Juan Soriano, junto a actos poéticos que Héctor Mendoza conformaría en los años 50-60 como un movimiento, en el que participaron, entre otros, Emmanuel Carballo, Juan José Gurrola, Nancy Cárdenas, Juan José Arreola, Octavio Paz, con la finalidad de integrar la oralidad en la cultura literaria, partiendo de la poesía –la literatura– como una presentación pública, en la que el texto de un libro existe como un simulador del espacio de representación.1

Posteriormente, por los ciclos de Casa del Lago pasaron Roberto Bolaño, José Vicente Anaya, los míticos Micheline Chantín e Hilario Sánchez del Carpio, Micky e Hilario –quienes han realizado, al día de hoy, el trabajo más completo de musicalización de poesía mexicana en jazz–, hasta Motín Poeta, John Giorno, Jaap Blonk, Clemente Padín, Arnoldo Antunes, Ricardo Castillo, Kiwao Nomura con Tetsu Saitoh, por citar algunos nombres que han configurado la actual Poesía en Voz Alta, en forma de festival.
Siguiendo la línea de la representación, tal como Paul Ricoeur escribiera:

La obra escrita es un esbozo para la lectura; el texto, en efecto, entraña vacíos, lagunas, zonas de indeterminación e incluso, como el Ulises de Joyce, desafía la capacidad del lector para configurar él mismo la obra que el autor parece querer desfigurar con malicioso regocijo […]. El texto es un conjunto de instrucciones que el lector individual o el público ejecutan de forma pasiva o creadora. El texto sólo se hace obra en la interacción de texto y receptor.

La interacción de texto y receptor es lo que atañe a este breve ensayo, desde los márgenes, esos espacios en blanco que delimitan lo que aquí llamaremos la publicación de las literaturas alternativas, entrelazadas con la letra borde, litoral.

El poeta neoyorkino Sekou Sundiata, colega y amigo de Amiri Baraka, se definía como un poeta ritual, tratando de mediar entre las raíces de la poesía y la experiencia colectiva, donde cada performance es un ritual y cada ritual un acto de publicación; en otras palabras, una práctica escritural de lo ilimitado, lo primigenio, ese espacio único que rompe con la representación absoluta del paratodeo pospolítico que niega la lengua, las diferencias, los conflictos, la soledad y lapalabracuasisilencio (Antunes dixit), donde Nosotros, tercos:

… seguimos debatiendo, hablando en voz alta, haciendo un arte muy extraño, espantoso pero necesario. Nosotros, los del más allá, del otro lado del etcétera.
Guillermo Gómez-Peña

La poesía es una forma de relacionarse con el mundo, de mostrar las distintas tonalidades de la ausencia y la presencia, de los vagos y precisos caminos del tiempo, las bifurcaciones de lo real y su realidad: los avances en la investigación del sentido de la vida.

do we have to know where we are going?
do we really have to know who we are?
Yuko Otomo

“Los poemas no piden esperanza-/ sólo megáfonos vacíos”, escribió Adrián Arancibia (traducido por Ricardo Pohlenz, participante de PVA con sus Ositos Arrítimicos), poeta miembro de The Taco Shop Poets (San Diego, California), invitado al ciclo de Poesía en Voz Alta. 05; megáfonos que son foros, receptores temporales de una poesía inmediata que ocupa espacios públicos. Espacios públicos que son espacios de representación política, espacios públicos urgentes de Verdad.

Aspectos importantes, que merecerían otro artículo, son el trabajo de traducción al español de los poetas internacionales que han pasado por PVA ‒incluyendo poetas de las lenguas indígenas de nuestro país‒, la mayoría de las veces inéditos en nuestro idioma y traducidos-transladados por poetas mexicanos: uno de los esfuerzos más loables del festival, así como la relevancia de PVA en la creación de festivales, como Enclave, fundado por Rocío Cerón, y nuevos nódulos-foros de la poesía experimental en México.

La Poesía escénica/Poesía con ritmo surge como expresión de resistencia. Nos acercamos a las literaturas no-occidentales a través del concepto de literaturas alternativas o multimediales, donde encallan las literaturas amerindias y las Black Arts. Desde esas tradiciones, los textos híbridos, el arte pictórico, la danza, el jazz, el Spoken Word, el Hip Hop son tributos a los antepasados y médula de las poéticas de la curación.

Cada poeta que transita el umbral de experimentar el vacío emula mantras, oraciones, secuencias que son silencios, comas, puntos que bosquejan conjuros; conjuros que en un comienzo se ocupaban para los tiempos de cacerías y los cantos de cuna-protección de esos proto-poetas llamados chamanes:

…keeping_it_together_keeping_it_together_keeping_it_together_keeping_it_together_keeping_it_together_keeping_it_together_ keeping_it_toget
Caroline Bergvall

Yo soy, no soy, en un sueño, en el éxtasis, en lo que ocurre dentro del mundo-mito en el que las y los poetas se asumen curanderos, como Mardonio Carballo, acompañado por el chelo de Natalia Pérez Turner, lanzando rosas a quienes les escuchaban acurrucados en una fría noche dentro del bosque:

vengan hermanos
vengan aquí las mujeres niñas
vengan acá los hombres niños
Si tú quieres reír
Y no quieres llorar
si quieres tu corazón curar
ven
yo aquí voy a estar
yo aquí esperando.

Así continúa el portal hacia el éxtasis de la poesía oral que inaugurara Quincy Troupe con la conferencia “La arquitectura del lenguaje” y una acción poética acompañada por el Cuarteto del contrabajista Luri Molina, seguida por el Spoken Word de Tiosha, pionero de los estudios del Hip Hop en México.

A partir de 2005 no pararían los ciclos de PVA, con una curaduría indeleble, a cargo de Pacho Paredes, a quien hay que reconocer como un artífice de poéticas, ya que tuvo el tino de combinar a artistas mexicanos con internacionales y crear encuentros únicos que, con el tiempo, fueron dejando huella y colaboraciones nuevas, como el acto de Las partículas horizontales, entre el francés Houellebecq y los mexicanos Alonso y Chema Arreola, que después montaron en Oaxaca y Monte Albán, en 2009.

Poesía en Voz Alta ha cambiado el mundo-mito de los artistas de la palabra que hemos transitado por él, como participantes y espectadores. Al traspasar fronteras entre soportes, lenguajes y geografías, ha posibilitado el hallazgo, como cuando el músico Fernando Vigueras asistió como alumno a un taller con la poeta Eleni Sikelianos en 2017 y terminó tocado en su presentación, tras una conversación en la que encontraron afinidades artísticas; o en mi caso asistir en 2016 a una lectura de Anne Waldman y Ambrose Bye y convertirnos en amigos con el tiempo, trabajando juntos en comunidades fuera del circuito poético, en proyectos con jóvenes en Tlahuitoltepec (Oaxaca) y mujeres presas en el penal de Almoloyita (Estado de México).

Una memoria del festival que para mí representa su espíritu fue ver cómo Raúl Zurita disfrutaba de un helado, al parecer de vainilla, en el Jardín Sonoro, caminando con paso lento, escuchando con atención la instalación que prepararan Thurston Moore y Eva Prinz (como Ecstatic Peace Libray). Un paso lento de esos en que el beat del corazón marca la espera de la materialización o corporalización de una performance, en la que los poetas-conjuradores, enunciadores, estimularán la catarsis y una alianza con quienes les escuchan durante esa búsqueda de principios, un encuentro alquímico entre la música, el gesto, el canto como soporte y la palabra. La palabra-crónica, la palabra deseo, la palabra tachadura, la palabra danzante, en una poesía sonora o en una poesía dub, como la del jamaiquino Linton Kwesi Johnson, quien cambiaría para muchos el concepto de la Poesía, o desde las percusiones y Hip Hop de Umar Bin Hassan, la potencia y honestidad de Amiri Baraka, enjuto y amable, la cumbia humorística-deconstruida de Meridian Brothers (quienes, por casi primera vez, salieron de Colombia) y la presencia de El cantante de los cantantes, Héctor Lavoe, en la voz de William Perdomo.

¿Cómo se funda la arquitectura del lenguaje? Con mercurio, sal, sulfuro y juego. Freud escribió en El creador literario y el fantaseo que “el poeta hace lo mismo que el niño que juega: crea un mundo de fantasía”, desde un espacio que se relaciona con un yo, donde se quiebra la voz y se sostiene con y frente a otros, como un telar de afectos y compasión:

A spark of kindness made a light.
The light made an opening in the darkness.
Everyone worked together to make a ladder
[…] To now, into this morning light with you.

Joy Harjo

Eso es PVA: la chispa con la que alumbrar las huellas de nuestro tránsito por el bosque. Lituratierra en memorables madejas de cardos. Trascendencia. Pálpito.

The future needs a friend to believe in.
The truth flashes by in the trail of a comet.
The ancestors always speak in volumes.
The children are the ones we must save.

Umar Bin Hassan (The Last Poets)

La poesía, lo real, el deseo.


1Consultar Poesía en Voz Alta, de Roni Unger (Conaculta, 2006)




Zazil Alaíde Collins (México, 1984). Escritora, locutora y curadora musical en medios como Ibero 90.9, Red Bull Music Academy Radio y Código CDMX. En 2017, obtuvo el premio Poesía en Voz Alta con su colectivo AA&A (Casa del Lago, UNAM); en 2011, el Premio Estatal de Poesía Ciudad de La Paz (Instituto Sudcaliforniano de Cultura), y en 2001 el tercer lugar en el Tercer Concurso Nacional de Ensayo del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE). Es autora de videopoemas y los libros de poesía Junkie de nada (Lenguaraz, 2009), No todas las islas (Conaculta-ISC, 2012), El corazón, tan cerca de la boca (Abismos-Mantarraya, 2014), Sipofene (La tinta del silencio, 2016) y Pink: dance poems (The Ofi Press, 2018); es coeditora del proyecto bilingüe Músicos en la Ciudad de México/Musicians in Mexico City. Parte de su obra ha sido traducida al inglés y al árabe y seleccionada para Descarga Cultura UNAM, ONCE-TV y la Antología general de la poesía mexicana: De la segunda mitad del siglo XX al tercer milenio (Océano), editada por Juan Domingo Argüelles. Entre los festivales a los que ha sido invitada se encuentran diversas ediciones de la Feria Internacional de Minería y la Feria Internacional del Zócalo Capitalino, así como las instalaciones de The Brooklyn Rail (Nueva York, 2020), el festival de poéticas rituales Enclave (2020), Poesía en Voz Alta (2017), Di.Verso (2016), Tanta International Festival of Poetry (Egipto, 2015), Feria del Libro de Tijuana (2013), Mujeres poetas en el país de las nubes (2004), entre otros. Fue curadora del ciclo Miércoles de jazz e improvisación en Casa del Lago (2020); produjo y condujo Ripios, garabatos y jitanjáforas (Alas y Raíces, Secretaría de Cultura, 2019-2021), serie radiofónica para infancias y jóvenes.