Susurros, murmullos y otros cuchicheos.

Un acercamiento al Archivo de Poesía en Voz Alta

Rebeca Barquera

-A mis amigas, cómplices de #despatriarcalizarelarchivo-

    La VOZ envuelve, como una atmósfera absorbe y protege, funciona como un aparato político cuya potencia se ve multiplicada en VIBRACIONES. Un cuerpo situado, con infinitas maneras de articulación y de dirección de la acción, de hacer RESONANCIA hacia otros cuerpos participantes en un acuerdo, una simulación, en la incertidumbre dentro de un espacio escénico. Esta innovación del movimiento Poesía en Voz Alta (PVA) se basa en el cuestionamiento de la división del espacio arquitectónico del teatro y los cicloramas, haciendo énfasis en otro modo de habitar el espacio por PULSACIONES. La atmósfera teatral de VIBRACIONES CONTINUAS e INTERMITENTES permite repensar la polivalencia espacial vanguardista, la continuidad de la forma, cuya base fue la presencia humana. Lengua, mandíbula, dientes, paladar, labios, chasquidos, palpitaciones. Acuerpar el SONIDO.

    La búsqueda de un RITMO por programas. Ocho FRECUENCIAS, dirigidas por distintos personajes que en ocasiones mezclaron el teatro del Siglo de Oro español con el teatro moderno, configurando una especie de vibración continua entre ambos. EN SINTONÍA. Adaptaciones de textos modernos de T.S. Eliot y piezas realizadas exprofeso por Elena Garro, el teatro del absurdo de Ionesco, CANCIONES españolas del Renacimiento y extractos de García Lorca, que intentaron habitar la palabra y sentir las distintas dimensiones del cuerpo que producen RUIDO en escena. El teatro total, unitario, no pensaba en los límites del escenario sino en los límites de la sala, de la construcción y del evento que animaba el ambiente. Entrar, sentir, ver, ESCUCHAR, leer. En los programas, dibujos y textos se entrelazan en ARMONÍA. Escritos sobre las obras, los autores de los textos, de las adaptaciones y los llamados “animadores”. Éstos últimos fueron nombrados así por marcar el COMPÁS: Héctor Mendoza, Leonora Carrington, Juan Soriano y Joaquín Gutiérrez Heras, dirección de escena, escenografía, vestuario y MÚSICA. Animadores, activadores de la acción, moléculas en movimiento constructoras de una atmósfera ACÚSTICA.

    La memoria se configura como un acervo de imágenes, de TRANSCRIPCIONES; el archivo como autómata, como máquina que reproduce lo real, intenta emular la memoria. No obstante, la configuración de un archivo, de huellas interconectadas, de MELODÍAS yuxtapuestas, se plantea como una forma más de despertar las reminiscencias de aquel gesto capturado en distintos soportes. Se yergue como una fuente de ONDAS que quieren ser escuchadas, de voces que esperan ser activadas.

    El Archivo de PVA no tiene por ahora un espacio físico para consulta, su existencia radica en lo digital. Se configura por REVERBERACIONES de documentos pertenecientes a otras instituciones como el CITRU- INBA, el Archivo Juan José Gurrola y otros documentos digitales que se encontraban organizados en CDs en Casa del Lago, que tiempo después se respaldaron y organizaron en discos duros para migrarlos a la red. La memoria no sólo se resguarda, se vincula. AÚLLA. Con un formato de ediciones, el archivo se encuentra con una clasificación binaria: la “histórica” (1956-1963) y la “contemporánea” (2005-presente).

    Hoy, esta especie de corte, de INTERVALO, ha funcionado para recargar fuerzas, para mirar hacia atrás e incentivar la revisión histórica en función de un presente interdisciplinar. Ya no se trata sólo de la experimentación en escena, sino de configurar y explorar las poéticas sonoras que mezclan los elementos VOCALES y la manipulación y DISTORSIONES por mediación de una máquina. No obstante, ¿cómo pensar la vibración escénica en la era digital? ¿Cómo plantear la organización de un acervo de MODULACIONES sonoras para su consulta en línea? Tenemos bocinas, speakers, micrófonos, audífonos que reconfiguran la noción de un ALTAVOZ sin cuerpo a la par que nos enfrentamos a la pantalla. Sentados, incómodos frente a ella. Es necesaria una clasificación, una guía que funcione como aquel traspunte teatral que nos señale nuestra entrada en escena, que nos recuerde desde los bastidores que el archivo puede ser el lugar de salida de las incomodidades, donde se incorporen las distin tas TESITURAS.

    Se trata, además, de un archivo en proceso de formación colectiva, con el botón /Colabora/ se invita a los usuarios a enviar fotografías, audios y videos que hayan tomado como participantes o espectadores de los diferentes eventos de PVA. Quitar autor(idades), pensar y construir en colectivo, cada TIMBRE, cada MATIZ. Intentando que la mirada institucional dialogue con otras experiencias, otros TONOS, modos de ver, de escuchar, de acuerpar. Una búsqueda por ampliar el espectro de lo archivable, más allá del documento físico, hacia los rastros y registros de la vida, cuya intención será reconstruir las ENTONACIONES huidizas y FRASEOS fugaces. Entrar al juego, sin olvidar que los cuerpos, los sonidos, están en los archivos gracias a la presencia de otros, su BULLICIO.

    Una CÁMARA DE ECO fue la inspiración para repensar el espacio y producir la teoría del teatro ambientalista de Schechner y, al mismo tiempo, es la metáfora con la que se conoce en los medios de comunicación la manera en la que la información es amplificada por su transmisión y repetición, como RUMORES, dentro un sistema cerrado en donde se invisibiliza o, mejor dicho, se SILENCIAN las voces minoritarias. Si bien toda entrada al archivo invita a la ficción, a veces son los GRITOS los que llegan más lejos, las voces de aquellos mejor situados en los circuitos culturales, mientras que los SUSURROS de otros personajes apenas y se oyen.

    Una búsqueda de VARIACIONES en los ocho primeros programas nos permite ver que primero se consideraba la MÚSICA incorporada en voz de los cantantes, para después catalogarse como incidental, seguida de algunos efectos especiales de sonido, para después pensarla como RITMOS establecidos con el toque de una batería hasta, de pronto, desaparecer y ser nombrada en el último programa a partir de flautistas y un laudista para acompañar la activación de Lope de Vega. CRUJIDOS que, fuera de los grandes nombres, establecen la disonancia de las historias orales de los otros participantes, los CUCHICHEOS de los músicos, maquillistas, taquilleros, iluminadores, tramoyistas y otros teatreros serán elementos y experiencias que esperan en los programas y notas de periódicos para reconfigurar el proceso de memoria de las ediciones, desde lo oculto, lo borrado.

    El archivo cuestiona, los discursos y los documentos enuncian. El archivo de PVA se abre a las posibilidades formativas de la ficción, de la libre asociación. Crea su propio orden, su TEMPO. Nosotros, MURMURADORES, somos quienes debemos reactivar, reanimar los acervos cargados de energía-emoción que, en el encuentro con nuestro contexto, podrán llevar a una transformación completa de su significado. El archivo conserva los actos en potencia, es nuestra labor establecer los ACENTOS Y CADENCIAS. Sólo debemos detenernos y escuchar.




Rebeca Barquera es historiadora del arte, investigadora y docente. Sus intereses se centran en el estudio de las utopías, fantasmas, borramientos y anonimatos en los modernismos, así como el entrecruce del arte con la tecnología y los discursos científicos. Licenciada en Historia y maestra y candidata a doctora en Historia del arte por la UNAM, Rebeca se ha desempeñado como docente en la Escuela Nacional de Antropologı́a e Historia (INAH), en la Especialidad de Historia del Arte de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, en la Escuela de Arquitectura, Arte y Diseño del ITESM y en el Colegio de Historia de la Facultad de Filosofı́a y Letras, UNAM. Además ha colaborado en publicaciones como la Revista de la Universidad, Letras Libres, Código y participado en varios proyectos curatoriales y de investigación en diversas instituciones como el Museo Nacional de Arquitectura, Museo Nacional de Arte, el Laboratorio de Diagnóstico de Obras de Arte y el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM. Actualmente es miembro del Sindicato Técnico de Anacronismos y del Seminario Despatriarcalizar el archivo.